¿Qué puede enseñarnos un violín de trescientos años sobre nuestros bosques? ¿Cuáles son los matices del hielo? ¿Cómo influye en las historias el modo de narrarlas? Las preguntas son el hilo conductor del nuevo libro de Rebecca Solnit: para llegar a nuevos horizontes, nos susurra entre sus páginas, hace falta idear caminos alternativos, tomar la carretera secundaria y mirar el paisaje, perderse en el desvío para así alcanzar, en algún momento, una inesperada forma de ser, pensar y actuar.
Como una hoja de ruta hacia un mundo imaginado, este volumen recoge ensayos tan variados como el pensamiento de su autora, que con su característica agilidad salta de sus observaciones sobre la naturaleza y nuestra relación con ella, al análisis de la actual lucha feminista o las implicaciones modernas de su célebre concepto de mansplaining. Y es que para Solnit el ejercicio de pensar es ante todo una reflexión sobre cómo se construye el propio pensamiento.
Benjamín Prado
Un secreto del pasado ha regresado para atormentar a la famosa escritora hispanofrancesa Alice Leclerc. Algo horrible sucedió en Biarritz hace diez años, en medio de una investigación extraoficial realizada por quien entonces era su prometido, el agente de la Gendarmerie Kevin Girard. Las secuelas de aquel caso nunca cicatrizaron.
En el Centro Penitenciario de Zuera, en Aragón, una mujer agota las últimas semanas de prisión preventiva antes de que se celebre su juicio: Ana Castán, quien probablemente sea la presa más famosa del país. Sobre ella pesa la acusación de haber cometido los sangrientos crímenes que sacudieron la localidad pirenaica de As Boiras un año atrás, donde la intervención de Alice Leclerc fue vital para lograr su detención.
Lo que nadie sospecha es que Ana es la única persona que puede ayudar a Alice a cerrar, de una vez por todas, el círculo de lo que ocurrió en Biarritz. Quienes una vez fueron amigas íntimas están condenadas a volver a entenderse.
Las casas son siete, y están vacías. La narradora, según Rodrigo Fresán, es «una científica cuerda contemplando locos, o gente que está pensando seriamente en volverse loca». Y la cordura, como siempre, es superficial.
Samanta Schweblin nos arrastra –desde hace diez años– hacia Siete casas vacías y, en torno a ellas, empuja a sus personajes a explorar terrores cotidianos, a diseccionar los miedos propios y ajenos, y a poner sobre la mesa los prejuicios de quienes, entre el extrañamiento y una «normalidad» enrarecida, contemplan a los demás y se contemplan.
La prosa afilada y precisa de Schweblin, su capacidad para crear atmósferas densas e inquietantes, y la estremecedora gama de sensaciones que recorren sus cuentos han hecho a este libro uno de los más importantes de la última década.
Duncan’s crayons just can’t seem to stay put!
After convincing one group of crayons to go back to work after they wanted to quit and rescuing another group who got lost in the most inconvenient places, Duncan’s crayons have disappeared once more.