EthelBrun es hija de un matrimonio de exiliados, el formado por Justine y Alexandre, un hombreapuesto e inquieto que dejómuyjovenla islaMauricio y que, en el alegre París de los añosveinte y treinta, se dedica a dilapidar suherencia en negociospocorecomendables. En suinfancia, Ethelsólodisfrutadurantesuspaseos por la ciudad con sutíoabuelo, el excéntricoSamuelSoliman, que sueña con vivir en el pabellónde la India francesa construido para la Exposición Colonial. Ya en la adolescencia, Ethelconoceráalgoparecido a la amistad de la mano de Xenia, una compañera de colegio, víctima de la Revoluciónrusa y que vive casi en la pobreza. Laexistencia de Ethelempieza a tambalearsecuando, en las comidas que supadreofrece a parientes y conocidos, se repite cada vezmás a menudo el nombre de Hitler. Serán las primerasseñales de lo que amenaza a la familiaBrun: la ruina, la guerra, pero, sobre todo, el hambre. Esomarcará el despertar de la jovenEthel al dolor y al vacío, perotambién al amor, en una novela en torno a los orígenesperdidos, durante una época que culminó con un Apocalipsis anunciado.
¿Amas a la persona adecuada? Walter Riso, el experto en amor y relaciones, nos propone una nueva guía para descubrirlo.
¿Te ha pasado que de tanto amar te olvidas de tus sueños, tu proyecto de vida, tus valores y tus sentimientos más profundos? Estamos acostumbrados a dar en exceso y recibir muy poco o nada en nuestras relaciones de pareja, y lo peor de todo es que lo normalizamos. Nos resignamos a una relación desequilibrada por la creencia de que el verdadero amor no espera nada a cambio, como si la ecuación amorosa solo tuviera un integrante. Para Walter Riso, esto no debe ser así. Un amor saludable fluye, va y viene, uno siente y ve el afecto del otro, y viceversa. Quizá luego de leer este libro, tu visión del amor se vea cuestionada y jamás vuelva a ser la misma; sin embargo, habrás aprendido que el amor saludable y funcional requiere de un principio imprescindible.
En el segundo año de la era Meiwa (1765), un discípulo de Karai Senryuu llamado Goryooken Arubesi (1788), cuyo nombre poético era Momen: algodón, publicó junto con su maestro, y evaluados por él, una compilación de senryuu llamada Haifuu Yanagidaru (más conocida como Yanagidaru en japonés). Estas antologías se fueron publicando sucesivamente hasta alcanzar los 167 tomos en el año noveno de la era Tenpoo (1838) y Karai Senryuu vivió lo suficiente como para ver publicados los primeros veintidós tomos.
Se dice que Karai Senryuu evaluó más de 2.300.000 poemas a lo largo de su vida. En el barrio de Asakusa, en la antigua ciudad de Edo (Tokio) hay un monumento en su homenaje en el lugar donde evaluaba los versos.
Laila, una niña marroquí, es raptada de su aldea en las montañas y vendida a los seis años a Lalla Asma, una anciana que la instruye y que se convierte en su abuela. Cuando, ocho años después, muere Lalla Asma, Laia huye y se refugia en un fondac, en realidad una casa de «princesas» que hacen las delicias de los hombres. Pero hasta allí, con fines dudosos, la persigue el hijo de Lalla Asma. Laila, atemorizada como un pececillo dorado, sólo piensa en alejarse de esos hombres que la tratan con un sospechoso afecto. Tras esconderses unos meses en un barrio paupérrimo, se marcha a París ilegalmente con Huriya, una de las «princesas» del fondac. La gran metrópoli la fascina, aunque la condena a la más absoluta marginalidad. Rodeada de los personajes más variopintos, encuentra en la literatura su tabla de salvación, pero, sólo tras un azaroso periplo, será la música la que la devolverá a sus raíces.
Cada uno de nosotros caminamos por nuestra propia senda y es un camino difícil: divorcios, cambios de trabajo, dolor o un cambio trascendental en nuestra vida. Estos capítulos de nuestra vida pueden hacernos sentir perdidos y sobrepasados, pensando en cómo hemos llegado a este punto. En la mayoría de las ocasiones, las respuestas que nos damos nos hacen sentir, o bien atascados en nuestro periplo vital o atrapados en la vergüenza. Nos sentimos incómodos con la incomodidad que la vida inevitablemente produce.
Existe, sin embargo, la posibilidad de que dejemos que estas preguntas despierten nuestra curiosidad, una curiosidad que nos animará e inspirará a seguir avanzando, paso a paso, hasta llegar a la otra orilla destino de nuestro viaje.
¿Qué tipo de autosaboteador eres?
Miedo al fracaso, falta de autoestima, comparaciones permanentes, estrés... Existen numerosas razones para autosabotearse, que difieren según tu perfil. Si eres un Buscaminas, sentirás una gran presión para ayudar a todo el mundo a tu alrededor, en detrimento de tus propias necesidades. Si tu perfil es más de Lamentador, alentarás una mentalidad de autocompasión y de victimización, lo que complicará tus interacciones sociales. ¿Pero qué pasaría si pudieras abandonar las sombras, percibir las trampas que te pones a ti mismo y superarlas?
Esta guía, escrita por dos coachs en psicología positiva, te muestra todas las claves para ayudarte a salir de la espiral infernal de tu autosabotaje.