El éxito de esta novela y las repercusiones posteriores que ha tenido hacen que se justifique plenamente la frase con la que Pierre Choderlos de Laclos expresaba su intención al escribirla, que consiguió plenamente: «Quiero escribir una obra que se salga de lo corriente, que haga mucho ruido y que siga resonando sobre la tierra cuando yo haya muerto».
Junto a Musil y Joyce, Franz Kafka figura entre los escritores más destacados del siglo XX, pues ha tenido el excepcional privilegio de ser objeto de atención, no solo de filósofos y de eruditos, sino también del gran público. La metamorfosis narra la pavorosa transformación de un hombre en insecto. En un ambiente de pesadilla, la novela transmite al lector la sensación de excentricidad y de extrañamiento que asalta al protagonista, quien poco a poco va tomando conciencia de que se ha convertido en un parásito con respecto a sus seres más queridos. Meditaciones reúne varias obras que hasta ahora habían permanecido inéditas. En todas se presiente la tormenta y la angustia, el absurdo y la incongruencia de la vida diaria, señales imborrables del autor de América. Mas las sirenas tienen un arma más terrible que su canto, esto es, su silencio.
A los veintidós años, Elizabeth Gilbert hacía todo lo que podía para evitar un trabajo a jornada completa. Trabajaba en ranchos en Wyoming, montaba a caballo como si fuera una vaquera y se enamoró de los cowboys que constituían el último vestigio de la frontera estadounidense que ella echaba tanto de menos. Y entonces conoció a Eustace Conway.
Eustace Conway no se parecía a ningún otro hombre. En 1977, con diecisiete años, abandonó su hogar para trasladarse a los montes Apalaches. Durante más de dos décadas vivió allí, haciendo fuego con palos, vistiendo pieles de animales y construyendo, cultivando y cazando todo lo que necesitaba para subsistir.
Elizabeth Gilbert, deslumbrada por sus relatos y aventuras, se decidió a reconstruir su vida: la historia del hombre que recorrió el Mississippi en una canoa de madera hecha a mano, que caminó los más de tres mil kilómetros del Sendero de los Apalaches, y que cruzó los Alpes alemanes en zapatillas deportivas.