Rachel es una universitaria irlandesa que trabaja en una librería para pagarse la carrera. Allí conoce a un chico de su edad, James; no tardarán mucho en hacerse íntimos amigos y animarse a compartir un piso tan barato como destartalado. Ambos buscan abrirse camino en la Irlanda de la Gran Recesión mientras gestionan sus caóticas vidas: James está harto de que la gente piense que no quiere salir del armario y Rachel fantasea sin parar con el doctor Byrne, un profesor casado al que intenta seducir con un arriesgado plan de imprevisibles resultados.
Margaret Hale se ve obligada a trasladarse, por circunstancias familiares, del sur rural de Inglaterra a una ciudad industrial del norte y su vida cambia drásticamente. Margaret irá dejando atrás sus prejuicios típicos de la aristocracia rural inglesa, a medida que conozca de primera mano las dificultades de la clase obrera y la lucha entre trabajadores y patrones, personificados en el fascinante John Thornton, quien despertará en Margaret sentimientos encontrados. Norte y sur constituye un fiel retrato de la Inglaterra de mediados del siglo XIX, de las desigualdades y los conflictos desatados por la Revolución Industrial, que Elizabeth Gaskell convierte en marco de una historia de amor y de superación personal más allá de las clases sociales. Una novela imprescindible e inagotable.
Seis mujeres, vecinas de un mismo bloque, están a la espera de algo. Cada una aguarda cosas distintas, pero para todas se trata de una espera relacionada con lo sentimental. En el 1.° B vive desde hace dos semanas Amelia, una periodista de veintinueve años con trabajo y pareja. Su vida da un giro radical cuando la despiden y su novio decide irse a trabajar una temporada a Washington. En plena crisis vital, Amelia conoce a sus nuevas vecinas. Juntas ponen en marcha una tertulia de radio en la azotea del edificio para contarse su día a día al tiempo que intentan ayudar a Agustina, la mayor de todas ellas, a recuperar su casa de toda la vida.
En todo cuanto tiene que ver con "El Egoísta" perderíamos el hilo de la narración si no recordáramos que se trata de una comedia, no de una tragedia, y que es precisamente el espíritu cómico lo que permite a George Meredith reproducir, sin el riesgo inherente a una exposición histórica que pretende ser fiel a los hechos, «las estructuras elementales del parentesco» de las que depende toda la trama de la novela. Que el espíritu cómico, sin embargo, representara solo a medias las intenciones del autor, como Meredith le había confesado a Stevenson al terminar de escribir la novela, sugiere que la otra mitad suponía, al menos, una amenaza latente en la narración.
Caballero entre los caballeros, poeta entre los poetas, donjuán entre los donjuanes, tahúr entre los tahúres de burdel. Tan exquisito como insidioso en la palabra. Tan arriesgado como apasionado en los dormitorios ajenos. Tan hábil como excesivo con los naipes. Tan gallardo montando a caballo como implacable alanceando toros, hasta el punto de que inventaron para él, según dicen, la expresión de «picar demasiado alto». Don Juan de Tassis, conde de Villamediana, escribió su propia leyenda en el Siglo de Oro: la de un caballero español cuya fama, de Flandes a Roma y de Nápoles a París, traspasó todas las fronteras.
Reacher had no idea where he was. No idea how he had gotten there. But someone must have brought him. And shackled him. And whoever had done those things was going to rue the day. That was for damn sure.
Jack Reacher wakes up alone, in the dark, handcuffed to a makeshift bed. His right arm has suffered some major damage. His few possessions are gone. He has no memory of getting there.
The last thing Reacher can recall is the car he hitched a ride in getting run off the road. The driver was killed.
His captors assume Reacher was the driver’s accomplice and patch up his wounds as they plan to make him talk.