La madre de nadie teje entre palabras la antropología simbólica de un vínculo universal: el de las madres con sus hijas. La mujer que todavía no es madre, la que quizá lo será, la que puede que no lo sea nunca, la madre perdida y la evocada, la madre amada…, todas ellas se reúnen en este itinerario sentimental que hilvanará una historia femenina en clave poética.
Si en palabras Adrienne Rich, la poesía es el lugar donde vivir sin ser la madre de nadie, donde existir como una misma, lo poético ofrece también un espacio propicio para dar voz a distintas mujeres (la abuela, la niña, la madre), todas ellas criaturas arácnidas que entretejen sus cuerpos a otros cuerpos. El lector hallará en esta obra cantos nupciales, poesía de tono epistolar, intuiciones metapoéticas o evocaciones de la casa familiar como auténtica Ítaca.
Todo ello mecido por los ciclos astronómicos, por el valor metafórico del solsticio y el equinoccio. La madre de nadie es un libro-cuerpo, libro-cordón umbilical en el que las mujeres trenzan su historia con el hilo de Ariadna. Un libro-homenaje a las madres, las hilanderas del mundo.
La Navidad es la excusa perfecta para enamorarse.
El objetivo de Parker: enamorarla. El de Hallie: impedirlo a toda costa.
Parker sabe lo que quiere y nada ni nadie va a impedírselo, ni siquiera tener que hacerse cargo de una estúpida película de Navidad trabajando con su mayor rival, Hallie Ross, pero piensa dejar que la señorita perfección se confíe. Su plan es quitársela de en medio antes de que siquiera pueda verlo venir.
Lo que Parker no sabe es que él no es el único que tiene un plan.
A Robert Downey Jr. ya se lo dijeron una vez: el destino está escrito en las estrellas… y en los guiones de las películas de Navidad.
Hallie. Parker. El mudo del cine. Y Nueva York. Porque, en el amor y en las romcoms, todo vale.
Por primera vez en 200 años México eligió a una mujer como presidenta. El reconocido periodista y escritor, Jorge Zepeda Patterson, construye la narración más completa y documentada sobre la vida personal y política de Claudia Sheinbaum: el activismo de sus padres en el 68, su temprano compromiso social, su educación humanista y la pasión por la ciencia que la llevó de la unam a Berkeley; y de diseñar estufas de leña en la zona purépecha a desarrollar un sistema de vacunación idóneo en tiempo récord. La crónica relata desde los días en su infancia cuando visitaba con su madre a presos políticos en Lecumberri hasta el día en que los mexicanos la convirtieron en la primera presidenta del país.