Edición actualizada con nuevo prólogo del autor. El gran libro de referencia sobre el arte de la probabilidad
Los seres humanos estamos obligados ser previsores. Nuestra supervivencia depende de la capacidad que tengamos para anticiparnos a lo que pueda ocurrir, sea en el ámbito que sea. Y aunque pudiera parecer que la tecnología nos lo pone cada vez más fácil, lo cierto es que vivimos ante el riesgo de ser sepultados por la cantidad de datos que recibimos a diario. Cualquier intento de procesar, organizar y asimilar toda esa información puede llevarnos al colapso.
Nate Silver investiga cómo podemos distinguir el contenido relevante del que no lo es. Para ello, recurre a expertos en diversas áreas de la predicción —desde meteorólogos que pronostican huracanes, hasta analistas deportivos, jugadores de póker y gurús del mercado de valores—, y expone sus métodos más efectivos y rigurosos. Además, analiza ejemplos históricos y recientes para mostrar cómo aplicar el pensamiento crítico, el análisis estadístico y la capacidad de discernir entre todos los estímulos informativos a los que estamos expuestos, convirtiéndonos así en individuos más precisos.
Don Quijote de la Mancha es la obra maestra de la literatura en español y está considerada la primera novela moderna. Esta cuidada adaptación del texto, a cargo de Javier Sáez de Ibarra, se mantiene fiel al argumento y facilita una lectura amena de esta cumbre de las letras universales.
Los dibujos de Ricardo Cavolo juegan con los márgenes de las páginas y recrean con vibrante colorido las escenas más emblemáticas de cada capítulo, colmándolas de sugerencias en una bella edición ilustrada que ahonda en el espíritu popular y divertido del inolvidable clásico de Miguel de Cervantes.
Notre-Dame de París cuenta la historia de la gitana Esmeralda, quien en compañía de su cabra Djali toca la pandereta y baila en las calles de París para subsistir, hasta que se la acusa de haber asesinado al capitán Phoebus, su amado, y se la condena a la horca. Sin embargo, el jorobado Quasimodo, campanero de Notre-Dame, quien tras su deformidad esconde un corazón sensible y sediento de amor, luchará para salvar a la gitana. Recreación del mito de la bella y la bestia y uno de los monumentos de la literatura francesa, Notre-Dame de París es una historia verdaderamente inmortal.
Es la madrugada del 1 de septiembre de 1939 cuando el continente europeo despierta enmudecido por la marcha de miles de soldados alemanes hacia Polonia, a la que acabarán conquistando y anexionando con una guerra relámpago. Italia se mantiene al margen mientras que Reino Unido y Francia declaran inmediatamente la guerra a Hitler. Sin embargo, testigo de la rapidez del ejército nazi y cada día más presionado por los altos cargos fascistas, Mussolini se convence de que todo terminará pronto y en abril de 1940 decide también involucrarse en el conflicto.
Nos han contado mal la historia y nos la hemos creído. Este es el punto de partida de un sugerente ensayo divulgativo que tiende puentes entre las dos orillas del Atlántico y que ofrece una visión renovada y certera, alejada de maniqueísmos simplificadores, sobre el fertil encuentro entre culturas que cambió el mundo para siempre.
El 3 de diciembre del 63 a.C. se produjo un debate en el senado de Roma para decidir el castigo para los cinco arrestados por su implicación directa en la conjura de Catilina. Gayo Julio César y Marco Porcio Catón defendieron puntos de vista antagónicos: mientras César defendía el derecho de cualquier ciudadano a no ser ejecutado sin un juicio; Catón exigía la inmediata ejecución de los cinco detenidos para evitar males mayores. A pesar de que Catón era un recién llegado al senado y cinco años más joven que César, después de su intervención los senadores rompieron a aplaudir y la moción de Catón quedó aprobada por una mayoría abrumadora. La propuesta de César había sido aplastada. Esta discusión sería el inicio de una rivalidad mortal entre ambos que se alargaría durante diecisiete años.
Durante siglos, muchos han argumentado que la caída de la República Romana tuvo sus raíces en la corrosión institucional.