Para integrar la educación emocional en tus hijos, primero tendrás que hacerlo en ti. Solo de esta manera les proporcionarás las herramientas necesarias para conocer sus emociones, superar con resiliencia las adversidades, ser asertivos, respetarse a sí mismos y a los demás, disfrutar de la vida y hacer de la positividad, el respeto y la empatía piezas clave en sus relaciones...
Hoy en día contamos con todas las herramientas para hacer cada vez más sencillas nuestras tareas, no obstante, y de manera paradójica, el desafío de mantener una productividad óptima nunca ha sido mayor.
Vivimos el periodo más avanzado tecnológicamente de la historia, tenemos telefonos móviles y aplicaciones increíbles para cada cosa, todo tipo de productos y soluciones están a un clic de distancia. Entonces, ¿cómo es posible que ser productivos sea un desafío tan grande para tantos?
Los límpidos versos de Manuel Astur, reminiscentes de la obra de Walt Whitman y Mary Oliver, pero también de la poesía clásica china, son un estremecido canto a la vida en que el mundo natural ejerce a un tiempo de cálido refugio e inevitable recordatorio de nuestra finitud. Destellos exógenos de una cruel belleza traen ecos del pasado al poeta, pero también vislumbres de una serenidad que lo reconcilia con la amarga caída del fruto siempre verde de la vida.
Congreso de futurología pertenece al ciclo de relatos protagonizados por Ijon Tichy. En ella Stanislaw Lem hace un magistral retrato de la aspiración al bienestar del hombre contemporáneo sirviéndose de la ironía y del humor. Tras un período de hibernación, Tichy es reanimado en el año 2039 y encuentra un mundo en el que impera la paz y reina un bienestar general; en esa sociedad controlada por la "psiquímica", se aprende y se ama por medio de productos químicos, los sentimientos son manipulados y toda espontaneidad ha dejado de existir. Bajo una apariencia exterior de abundancia y de confort, Tichy descubre, sin embargo, una realidad sobrecogedora que supera la más fantástica alucinación.
Madre de un ángel es un conmovedor y profundo viaje por el proceso de duelo, escrito desde el corazón de alguien que ha experimentado una pérdida significativa: la muerte de un hijo. En sus líneas, la autora, no solo te acompaña a enfrentar el dolor, sino que también es una invitación a transitar el duelo y encontrar la luz en medio de la oscuridad.
A través de relatos personales, reflexiones y ejercicios prácticos, la autora comparte herramientas útiles y, en lugar de ofrecer soluciones rápidas, honra el proceso de sanación personal, respetando el ritmo individual de cada persona y cultivando una renovada fe en la vida.
Con un enfoque compasivo y profundamente humano, Madre de un ángel es más que un libro; es un faro de esperanza para cualquier persona que haya perdido a un ser querido, experimentado una pérdida significativa en su vida, o, así como para amigos y familiares que desean comprender mejor cómo apoyar al doliente.
Todos tenemos una historia que contar. En mi caso, ni
siquiera sabía que la mía existía, pero descubrí algo
esencial: nos salvan. Nos salva la cotidianidad, las
personas que vienen y van, la presencia, el aquí y ahora.
Para mí, el descubrimiento más profundo fue entender
que mi hogar era un refugio compartido con Él. Me salvó
comprender que soy mis propios brazos, mi refugio y mi
equipo. Me salvó el poder expresarme y narrar historias
de salvación donde Dios siempre estaba allí, llegando al
rescate. Cada día, el mayor relato de salvación se tejía en
mi vida, sin que supiera siquiera que tenía una historia
que contar. Las grandes historias, Su voz y el arte me
salvaron.
No busco que te conformes con mi experiencia; te
ofrezco un reflejo de cómo, si a mí me salvaron, tú
también puedes encontrar tu camino hacia la casita que
eres. Este libro no es un manual; es una exploración
personal que revela cómo las sombras de mi historia se
transformaron en luz y libertad, guiada por la mano de
Dios. Es una invitación a adentrarte en tu propia verdad, a
encontrar tu hogar interior y a descubrir cómo las
historias y el arte pueden ser un refugio profundo y
sanador. ¡Vamos a casa!