Yo solía trabajar limpiando las casas de otras personas, ahora apenas puedo creerme que este sea mi hogar. La encantadora cocina, la calle tranquila, el enorme jardín en el que los niños pueden jugar. Mi marido y yo hemos ahorrado durante años para que mis hijos tengan la vida que se merecen.
Aunque siento algo de recelo hacia nuestra vecina, la señora Lowell, veo su invitación a cenar como una oportunidad para hacer amigos. Cuando su doncella abre la puerta con un delantal blanco y el pelo recogido en un moño tirante, sé exactamente cómo se siente. Pero su gélida mirada me produce escalofríos...
La doncella de los Lowell no es lo único extraño de nuestra calle. Estoy convencida de que alguien nos observa. Y cuando conozco a la mujer que vive enfrente, sus palabras me dejan petrificada: «Ten cuidado con tus vecinos».
¿Cometí un terrible error mudándome aquí con mi familia?
Pensaba que había dejado atrás mis secretos oscuros. Pero ¿podría ser este apacible barrio residencial el sitio más peligroso de todos?
Glace es la heredera al trono de Eísalh, pero hace diez años que la arrancaron de su hogar y la obligaron a exiliarse. Ahora, fuerzas oscuras amenazan con destruir el precario equilibrio de su mundo e iniciar una guerra entre reinos, y Glace es la llave para recuperar la paz.
En su camino a casa, conocerá a los Guardianes, personificaciones de la magia de los dioses, que a pesar de poseer un gran poder, sufren... y aman. Dividida entre el fuego y la tormenta, Glace tendrá que demostrarse a sí misma y a los demás que tiene la madera necesaria para ser reina.
Pero no todo el mundo es lo que parece y Glace tendrá que aprender a distinguir a sus aliados de sus enemigos... y a aquellos que puedan ser mucho más.
INTROVERTIDO. CAUTELOSO. EXTREMADAMENTE CORRECTO.
Kai depende de una votación para convertirse en el CEO de su imperio familiar, por lo que el billonario no puede permitirse el lujo de distraerse con Isabella. Sofocado por responsabilidades y promesas, cuando están juntos siente que finalmente puede respirar.
AUDAZ. IMPULSIVA. ALEGRE.
Isabella no ha asistido a una sola fiesta en la que no fuera el centro de atención ni ha conocido a un hombre al que no
pueda enamorar…, excepto a Kai, que es miembro del club exclusivo en el que trabaja como camarera.
Pero aunque les cueste todo lo que tienen, no pueden resistirse a caer en la tentación de sus deseos prohibidos.