A Gerard "Gibsie" Gibson, el descarado del colegio, la comedia le corre por las venas, pero bajo su carácter alegre y despreocupado se esconde un joven hecho pedazos que vive atormentado por su pasado. Gibsie utiliza el humor para lidiar con sus demonios y ocultarle al mundo todo lo que siente.
Solo hay una persona que lo conoce de verdad. Se trata de la hermana pequeña de su amigo. Claire, su muñequita.
Siempre de buen humor, Claire Biggs se ha pasado la vida idolatrando al chico del otro lado de la calle. Ella ve en Gerard algo que nadie más ve y está decidida a domesticar la salvaje naturaleza de su mejor amigo de la infancia.
Pero ¿sobrevivirá la amistad de Gibsie y Claire a lo inesperado cuando se traspasen ciertas líneas? ¿Se convertirá en algo más o acabarán ambos siendo arrastrados por la corriente?
Una gélida mañana de finales de diciembre, Gyeongha recibe un inesperado mensaje de su amiga Inseon: después de sufrir un accidente en su taller de carpintería en la isla de Jeju, ha sido trasladada de urgencia a un hospital de Seúl. Desde la cama, Inseon le ruega que tome el primer vuelo a la isla y se ocupe de su pequeña cotorra antes de que se le acaben el agua y la comida.
Pero, desafortunadamente, cuando Gyeongha llega a Jeju se desata una terrible tormenta de nieve. ¿Llegará a tiempo para salvar al pájaro antes de que caiga la noche?, ¿sobrevivirá al viento helado que la envuelve a cada paso? Lo que ni siquiera sospecha es que algo más oscuro la espera en casa de su amiga.
Somos inteligentes en virtud de los errores, de las deformaciones que nos forman. Partiendo de esta verdad común, la inteligencia artificial generativa no es criticable por sus defectos circunstanciales, sino por su voluntad estructural de perfección. El diseño elegante de cualquier dispositivo sugiere una fluidez libre de sangre. Esta pretensión de limpieza, en un mundo desgarrado, es en sí misma despiadada. La forma suave de los aparatos, igual que las proclamas angelicales de bondad corporativa en el capitalismo de plataformas, no oculta únicamente el sufrimiento de seres explotados. La promesa tecnológica tapa también algo más cercano y de lo que no se habla, un enmudecimiento anímico que apenas tiene precedentes. No olvidemos que la moda de la fusión oculta la fisión: se trata de acabar con cualquier grumo de singularidad a favor del esencialismo serial, construido y consumible.