Dice Borges que las páginas de este libro son el irresponsable juego de un tímido que no se animó a escribir cuentos y que se distrajo en falsear y tergiversar historias ajenas. Historias de infames: ladrones, rufianes, piratas, traidores. Aquí están, entre otros, el atroz Lazarus Morell, redentor de esclavos; el impostor Tom Castro, hijo apócrifo y tolerante; la aguerrida viuda Ching, hábil en el saqueo en altamar, y el incivil maestro de ceremonias Kotsuké no Suké, aciago funcionario. Les siguen «Hombre de la esquina rosada», uno de sus relatos más celebrados, y «Etcétera», un testimonio de sus incontables lecturas: «A veces creo que los buenos lectores son cisnes aun más tenebrosos y singulares que los buenos autores».
La tierra que habitamos es un error, una incompetente parodia. Los espejos y la paternidad son abominables, porque la multiplican y afirman.
Los textos inéditos suelen perdurar en cuadernos, márgenes o papeles dispersos; éste permaneció en una cinta magnetofónica, grabada en Nueva York hace más de cincuenta años. Los encuentros del seminario que Borges ofreció en la Universidad de Columbia en 1971 estuvieron dedicados a la escritura, tanto de ficción y poesía como de traducción. Cada reunión estuvo abierta a las preguntas de los estudiantes y, a la manera de los diálogos platónicos, la conversación recrea el contraste de los puntos de vista del autor y de sus lectores.
¿Cómo construye Borges un poema o un relato? ¿Qué diferencia reconoce entre cuento y novela? ¿Por qué nunca escribió una? ¿Cuál es el deber del escritor en función de su tiempo? ¿Qué distancia hay entre lo que un escritor se propone hacer y lo que en realidad hace?
En este libro Borges contesta, entre muchas otras, a estas preguntas.
Contaba el filósofo Julián Marías que a sus diez años ya fantaseaba con el universo variopinto de la India. Cumplió con ese viejo sueño a los cuarenta y cinco, cuando en el verano de 1959 recorrió Mumbai, Bangalore, Mysore, Chennai, Calcuta, Delhi y Agra con ocasión de un congreso de Filosofía. India llevaba en ese momento poco más de una década de independencia, pero era ya el joven y anciano país sobre el que muy pronto planearía una enorme masa de viajeros occidentales en busca de algunas de las preguntas y respuestas que ya anticipaba Marías. De su maestro Ortega y Gasset extrae la pasión por el mirar haciendo nuevo lo consabido, que es la esencia de las imágenes que configuran una idea de India: de su prodigioso cine, a sus ubicuas vacas; de sus muchedumbres urbanas al gentío de sus carreteras; la religión, la muerte y la vida y siempre la alteridad como circunstancia y confluencia de nuevos saberes. Entre los escasos testimonios españoles de la experiencia india, el de Marías, que recuperamos tras décadas de olvido, es de obligada lectura.
Todo parecía estar en calma desde que Bobicraft y Comandiu encontraron a los Tres Poderosos, pero pronto las pesadillas de Bobicraft revelan una verdad terrible: su dimensión se ha roto.
Un personaje enigmático le da una nueva misión: dar con las partes de una armadura con poderes increíbles, capaz de resolver el problema y desvelar un misterio que se ha mantenido oculto hasta ahora.
Pero Bobicraft no es el único con esta misión, y por el camino tendrá que enfrentarse a muchos peligros... y a un nuevo enemigo.
Recién estrenado el siglo XX, Ada lucha contra el destino gris y aburrido que su vida en el orfanato le depara. Cuando su antigua mentora desaparece, se ve inmersa en una aventura que la llevará a tierras de extraños conocimientos. Con la ayuda de un enigmático elfo conseguirá escapar de su encierro, recuperando no sólo su libertad sino también abriendo las puertas a sus sueños: convertirse en una gran científica. Ada y su nuevo amigo tienen la misión de guiar a los científicos más brillantes de su época hasta el mundo cuántico. La física cuántica debe nacer en el mundo clásico. Y, aunque sus sueños no están libres de peligros, Ada hará cualquier cosa por descubrir los secretos de la que será la mayor revolución científica de la historia.
¡Soy Nina Peanut! Futura superestrella mundial, experta cocinera de pizza congelada, mente creadora de ideas geniales y dueña del gato más apestoso del mundo.
Ah, también grabo vídeos increíbles y pa-ra-na-da-es-tú-pi-dos protagonizados por patatas con cara. Y aunque sé que pronto se harán supervirales, ahora mismo solo los ven mi abuela y mi mejor amigo.
Mi sueño es ser tan popular como mi eneamiga Megan Dunne, que graba contenido ABURRIDÍSIMO de su mimada perra Princesa Trixie Bell.
Un sueño que parece hacerse realidad cuando mi gato, Les, sale en uno de los vídeos de Megan por accidente y se hace viral.