La inteligencia es un destello fugaz en la larga noche de la historia cósmica. Que pueblen la tierra no una sino dos especies inteligentes al mismo tiempo pone en cuestión cualquier cálculo de probabilidades. El hecho de que esas dos especies, tan distintas como complementarias, forjen una alianza que a su vez enciende una civilización desafía toda lógica.
Los inicios de la alianza entre las hormigas y los dinosaurios fueron humildes, pero de ella surgieron la escritura, las matemáticas, los ordenadores e incluso los viajes espaciales. Una verdadera era de las maravillas que, sin embargo, hará pagar un alto precio a la biosfera de la Tierra y a quienes dependen de ella.
En Sostener el cielo, Cixin Liu nos lleva a través del tiempo y del espacio. De una comunidad rural en las montañas, donde unos estudiantes tienen que recurrir a la física para prevenir una invasión alienígena, a las minas de carbón de la región septentrional de China, en las que una nueva tecnología podría llegar a salvar vidas o a desatar un incendio que arderá durante siglos. De una época muy parecida a la nuestra, en la que ordenadores de supercuerdas predicen todos nuestros movimientos, a dentro de diez mil años, cuando la humanidad al fin haya conseguido empezar de cero. Y también hasta el mismísimo final del universo.
En 1996, Sagrario murió baleada en la entrada de su residencia; los disparos alertaron a los vecinos, incluyendo a Hiram, el hijo mayor de la familia Ruvalcaba, de apenas ocho años. Poco después, en 2000, también a Rocío le arrebataron la vida de forma violenta:
fue asesinada y sepultada a medias en la sala de su casa. En 2005, la frontera simbólica entre un asesinato noticioso, anónimo, y el de alguien consanguíneo se quebró. El Jalisco rural y semiurbano se había convertido en una tolvanera de cadáveres, y uno de ellos era el de Antonio Ruvalcaba, el tío del autor.
Tres asesinatos, apenas tres muertes entre todas esas que no somos capaces de contabilizar ni de reconocer. A partir de ellas, Hiram Ruvalcaba entreteje una impresionante novela debut que, desde la autoficción, lo posiciona como digno heredero de la tradición literaria de las tierras de Rulfo y Arreola.
¿México? Podría ser. Pero también podría ser su revés. Así como el tiempo podría ser éste o cualquiera y los personajes quienes son, además de quienes fueron y serán. En estas páginas, llenas de asombro y belleza, pérdidas y hallazgos, la realidad es un eterno deshacerse y rehacerse. Vestigia, cuyo pasado parece impenetrable, necesita recordar para entender su dolor; Hincapié desea cambiar su relación con los otros, pues no tolera vivir con el temor a que dejen de estar; el Niño, que irrumpe como relámpago, quiere dotar de sentido a las palabras y a las cosas, asomándose al silencio y al vacío, y Lucía, que persigue la lengua de los muertos, busca desentrañar qué hay tras la presencia y la ausencia.
Emiliano Monge, uno de los autores mexicanos más reconocidos —Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska y English Pen Award—, nos atrapa con una historia sobre la desaparición y la aparición, tanto de seres como de cosas, y descifra todo un territorio de contradicciones, haciéndonos ver lo que no sabíamos ver, mientras oculta aquello que creíamos que estaba ahí. Una novela única, para leer y releer.
El 7 de marzo de 1687, un grupo de judíos conversos mallorquines, temiendo ser detenidos por la Inquisición, decidieron embarcarse rumbo a tierras de libertad. El mal tiempo frustró su huida, fueron apresados y, finalmente, treinta y siete de ellos condenados a la hoguera en cuatro autos de fe en la primavera de 1691. Esta novela recrea cómo vivieron y murieron los criptojudíos mallorquines en el siglo XVII, en un mundo en el que se cruzan inquisidores, aristócratas, comerciantes, campesinos, bandoleros y prostitutas como la inolvidable Beatriu Mas.
Un hallazgo puede cambiar nuestra existencia y, a veces, hasta el sentido de nuestra vida.
Fermín Bustarga encuentra, entre los legajos del Archivo Municipal donde trabaja, un mensaje que surge en el tiempo como la botella que arriba a la playa. El hallazgo será el acicate de una larga y comprometida indagación llena de encuentros y descubrimientos, donde poco a poco se verá prisionero de la red que tanto tiene que ver con sus propias quimeras y ensoñaciones.
De lo real y cotidiano a lo extraordinario y extravagante hay un camino que se pierde por los territorios más secretos y alucinados de la ciudad donde vive: como si al otro lado de los paisajes convencionales latiese un universo desquiciado, lleno de desmedidas pasiones, plagado de aventuras y misterios. El delirio de la creación artística, la imaginación devastadora, la realidad como limitación y cárcel de nuestro cuerpo y nuestro espíritu, la ansiedad y el desafuero de los vividores, el sentimiento del fracaso, son pautas de reflexión en el destino de Fermín, que se mira en el espejo turbio de sus emociones.
El expediente del náufrago es una de las fábulas más personales e importantes de Luis Mateo Díez. En ella, personajes y atmósferas confluyen con inusitada intensidad en una invención tan humorística como patética.