La soledad es una de las emociones más intensas y dolorosas. Prueba de ello es que hacemos cualquier cosa para evitarla. De hecho, la gran mayoría de adultos somos sociodependientes, adictos a la nicotina social. Es decir, a la irracional necesidad de estar permanentemente en contacto con otras personas. A pesar de ser la forma de drogadicción más común en nuestra sociedad, es también la más desconocida. ¿Quién es el valiente que se atreve a quedarse a solas, desnudo emocionalmente y cara a cara con el dolor que anida en sus profundidades?
Terminada en el exilio brasileño y enviada a su editor pocos días antes de su suicidio en 1942, Novela del ajedrez es la única obra en la que Stefan Zweig aborda el tema del nazismo. Con su habitual hondura narrativa, nos sitúa en un transatlántico donde viaja el campeón mundial de ajedrez, un hombre tosco y antipático, que derrota sin piedad a todos los pasajeros que se sientan a jugar con él. Sin embargo, un misterioso exprisionero de los nazis consigue salir victorioso. La historia va revelando cómo este hombre llegó a poseer su extraordinario dominio del juego, y entretante indaga en los contactos entre el humanismo y lo inhumano.
A principios del siglo XX, en una pensión de la Riviera, una viuda inglesa ya mayor regala a un anónimo oyente austriaco una confesión imprevista: en su juventud, tuvo un encuentro en un casino de Montecarlo con un joven aristócrata polaco que la llevó a vivir veinticuatro horas de frenesí, a debatirse con las convenciones de la sociedad y a arriesgarlo todo por una pasión pasajera. En esta historia sobre la obsesión y la memoria, Stefan zweig despliega su prosa envolvente, su fina ironía y su capacidad de análisis psicológico para crear un clásico inolvidable.
Un romance lleno de pasión y ambientado en una oficina. Un héroe gruñón decidido a salirse con la suya y una heroína osada que empieza a preguntarse si bajo los increíbles chalecos de su jefe se oculta un corazón de oro.
Dominic: La despidieron por mi culpa. Tenía un mal día y lo pagué con una persona inocente en una pizzería. Pero Ally Morales no tiene nada de inocente, y lo demuestra durante el primer día en su nuevo trabajo... en mi oficina... después de que mi madre la contrate a mis espaldas. Puede que su personalidad alegre ilumine la redacción de la revista, puede que me guste que discuta conmigo delante de todos y puede que sus ojos marrones y su lengua afilada se hayan adueñado de todas mis fantasías, pero ella es solo un puzzle que quiero resolver. Y si consigo que dimita, quizá tenga vía libre para conocerla... Después podré dedicarme a restaurar el buen nombre familiar y olvidarme de esa morena a la que le encanta bailar y beber cerveza.