En 1697, a la edad de sesenta y nueve años, Perrault publicó Historias o cuentos de tiempos pasados, con moralejas (Histoires ou contes du temps passé, avec des moralités). Los personajes que emplea son hadas, ogros, animales que hablan, brujas, princesas y príncipes encantados, entre otros. Esta colección incluía cuentos como Cenicienta, La Bella Durmiente y Caperucita Roja. Aunque muchos de estos cuentos ya existían, la versión de Perrault los popularizó y les dio un enfoque literario distintivo. Una característica de los cuentos de hadas de Perrault es la inclusión de moralejas al final de cada historia, el autor incluye una enseñanza moral referente al contenido de cada historia, para destacar los valores de estos.
Hemos partido en esta selección de cuentos de Jacob y Wilhelm Grimm —más conocidos por su nombre conjunto de «Hermanos Grimm»— de la traducción histórica que realizó José Sánchez Biedma para la que fue la primera publicación de estos cuentos traducidos al castellano desde su original en alemán, que la casa Gaspar y Roig de Madrid publicó en 1867 con una selección de 46 de los ya muy famosos cuentos bajo el título Cuentos escogidos de los Hermanos Grimm.
La novela El fantasma de la Ópera está dividida en veintiséis capitulos, en los que, con el nexo común de un investigador que es quien nos introduce en la trama asegurando directamente que «el fantasma de la Ópera existió de verdad». Existen novelas para las que el entorno donde se desarrollan adquiere la importancia de un personaje esencial en la narración. En la novela Nuestra Señora de París, de Victor Hugo, la Catedral es una presencia permanente;
y así es en el caso de El fantasma de la Opera, en la que el enorme edificio del Teatro de la Ópera, con su gran complejidad, es prácticamente el único territorio de la intrincada acción. En la novela pueden apreciarse su experiencia como investigador de misterios y
su gran conocimiento de los temas operísticos y de todo lo que rodea a ese mundo de la música y de la ópera en general.
En 1869 se publicó Aquellas mujercitas, la segunda parte de Mujercitas, donde los protagonistas tienen ya una vida adulta. La novela alcanzó de inmediato un gran éxito. A pesar de la fama y la prosperidad económica, Louisa no consiguió ser feliz, debido a su mala salud y a sus frustraciones. La fuerte demanda de más libros como Mujercitas y Aquellas mujercitas la encerraron en un estilo doméstico y poco satisfactorio para la sensibilidad de nuestra escritora. Este mismo año se unió a las sufragistas de Nueva Inglaterra, hecho que se reflejará en sus escritos, ya que defenderá ene más vehementemente que nunca los derechos de la mujer.
LOUISA MAY ALCOTT (Germantown, Pensilvania, 1832-Boston, 1888). Desde muy joven estuvo influenciada por los escritos de los autores trascendentalistas, pero los tropiezos económicos de su padre la obligaron a trabajar para mantener a su familia, realizando labores de empleada de hogar, costurera, maestra y enfermera durante la guerra de Secesión, en Georgetown. Louisa May Alcott escribió doscientas setenta obras que van desde la poesía hasta la tragedia y del género infantil al de adultos.
En 1905 Lucy Montgomery empezó a escribir la primera de las novelas de un personaje y una serie que la harían famosa mundialmente, Ána de Tejas Verdes. Envió el manuscrito a varios editores, pero todos ellos lo rechazaron, ella un poco decepcionada, guardó el documento. En 1907 volvió a encontrar ese manuscrito, lo releyó e intentó de nuevo su publicación. Los editores de la Page Company of Boston, decidieron publicar la novela en 1908. Se convirtió en un éxito de ventas inmediato, con seis ediciones en seis meses y marcó el inicio de la carrera de Lucy Montgomery como novelista e hizo de ella la autora canadiense más leída.
LUCY MAUD MONTGOMERY, nació en Clifton (en la actualidad New London) en la isla del Principe Edward, Canadá, el 3o de noviembre de 1874. Su madre murió cuando Lucy tenía sólo veintiún meses de edad, y su padre la dejó a cargo de sus abuelos maternos. Al ser «hija única» que vivía con una pareja mayor, recibió una educación muy estricta, y encontró compañía en su imaginación, en la naturaleza, en los libros y en la escritura. En 1893 y 1894 estudió para conseguir su título de Magisterio. Publicó veinte novelas, quinientos treinta relatos cortos, unos quinientos poemas, treinta ensayos y su autobiografía. El 24 de abril de 1942 fue encontrada muerta en la cama de su casa en Toronto. La causa de la muerte, tal como se registró en el certificado de defunción, fue una trombosis coronaria.