Este es un libro producto de mi pasión por el ciclismo de ruta. Su práctica como deporte de panorama abierto, de resistencia, de distancia e intensidad, social e individual, en solitario o en grupo; utilitario, competitivo y divertido a la vez, para mí, no tiene comparación con otras actividades lúdicas. Igual a la sensación que produce en un niño o un octagenario el volar. Todos los ciclistas nos sentimos que pertenecemos, con orgullo, a esa gran comunidad de los que andamos en bici. Por eso sentí que debía devolver algo de lo mucho que me ha dado el ciclismo, en la forma de un testimonio, con este modesto libro; mitad experiencia personal, mitad técnico.
Desde que publicara su primer libro en 1984, Miguel Ángel Fornerín ha venido edificando, libro a libro, una obra que sobrepasa ya los veinte títulos, a la que hay que añadir una copiosa producción periodística, que ha difundido la literatura y la cultura caribeñas tanto en el ámbito académico como en la prensa diaria. Se persigue, de este modo, un lector especializado, inclinado a la especulación, pero sin desdeñar la curiosidad de aquellos que frecuentan los periódicos.
Era hora, pues, de someter a escrutinio la labor intelectual de Fornerín, y ofrecer, en conjunto, las principales conclusiones de esta evaluación, realizada —conviene subrayarlo— por un diverso número de estudiosos y desde variadas perspectivas. De los trabajos recopilados se desprende una evidencia: Fornerín ha superado con excelente calificación el examen de la crítica.