La portada puede variar. Nada hay más atroz que el sinsentido. El sentido integra y articula nuestra vida. Un sufrimiento extremo no es insoportable solo porque duele, sino, sobre todo, porque es absurdo. Si pudiera ser investido de sentido, se transformaría en crecimiento, libertad interior y engrandecimiento. Esta edición especial de «El hombre en busca de sentido» reúne, por primera vez en exclusiva, «Un psicólogo en un campo de concentración», el conmovedor relato de Viktor Frankl sobre su experiencia como prisionero en los campos de concentración en la Alemania nazi, y «Sincronización en Birkenwald», las dos obras escritas justo después de haber sido liberado. Ambos textos uno, narrado en primera persona y el otro, dramático describen una existencia desnuda, desprovista de absolutamente todo, salvo de la existencia misma. A pesar de los padecimientos y de la monstruosa brutalidad sufridos, Frankl pudo reconocer que, pese a todo, la vida es digna de ser vivida y que la libertad interior y la dignidad humana son indestructibles.
En esta Introducción a la filosofía se tratan cuestiones centrales del pensamiento, tales como «¿qué es la filosofía?» o «¿qué significa pensar desde el punto de vista filosófico?». No hay en estas páginas una exposición simplificada de teorías famosas ni resúmenes o esquemas de los distintos sistemas filosóficos de la tradición. Ya se han publicado muchos cómics y manga de este tipo, que adaptan gráficamente las ideas de los grandes autores. Lo que nos encontramos, más bien, es un extenso recorrido en forma de diálogo en el que Masahiro Morioka acerca al lector atento apoyado en las ilustraciones manga de Nyancofu Terada a cuatro interrogantes fundamentales del quehacer intelectual: «¿qué es el tiempo?», «¿qué es la existencia?», «¿qué es el yo?» y «qué es la vida».
Mario Vargas Llosa pertenece a esa estirpe de escritores que se ha creído siempre en la necesidad de emplearse en el combate cívico -o político, por usar un término desprestigiado-. Tomar partido aquí y ahora, en la refriega intelectual terrenal, ha sido para él la mejor manera de apuntalar, o mantener vigentes, ciertos valores de la civilización que de otro modo hubieran perdido un importante valedor frente a la arremetida de los bárbaros.
Este polemista arriesgado, que pone en juego su prestigio en defensa de unas ideas y de una manera de pensar, es a quien rinden homenaje los autores de estos textos, todos ellos dirigentes políticos en el pasado y en el presente. Es también la personificación de unas ideas liberales que no nacen del fanatismo, igual que estos políticos convertidos en escritores no defienden un solo pensamiento dogmático.
Aleksi Kozlov no es un hombre que haga amenazas vacías. Gobierna la ciudad del pecado con sangre y muerte. Su pasado le obligó a ser quien es. Cree que la única forma de pagar una deuda es con la vida. Desde hace años se ha negado a permitir que nadie entre en su cabeza ni, sobre todo, en su despiadado corazón.
Hasta que conoce a la increíblemente hermosa y cautivadora Bella Foster.
Secuestrada y despojada de sus sueños, Bella se verá obligada a someterse a su cruel captor. Expuesta a un mundo retorcido y sanguinario, aprenderá a seguir las reglas del juego y demostrará que hasta las almas más puras pueden ser corrompidas por el ansia de poder.
Para la joven Dora, una asistenta en la universidad, la revolución trae consigo la liberación. Pasa a frecuentar la compañía de uno de los estudiantes más radicales, Robert, y al fin puede investigar lo que le sucedió a Ambrose, su hermano, en el Instituto de Investigación Psíquica justo antes de morir.
No obstante, a Dora se le encarga cuidar de otra institución, el Museo de los Trabajadores: un extraño y olvidado edificio ocupado por figuras de cera de mineros, enfermeras, dependientes...
Conforme la revolución y su oposición dan rienda suelta a una oscuridad aterradora, la búsqueda de Dora para desentrañar un misterio que lleva mucho tiempo ocultando hará que una conspiración monstruosa salga a la luz... algo que la conducirá a los límites de los mundos.
¿Qué tipo de autosaboteador eres?
Miedo al fracaso, falta de autoestima, comparaciones permanentes, estrés... Existen numerosas razones para autosabotearse, que difieren según tu perfil. Si eres un Buscaminas, sentirás una gran presión para ayudar a todo el mundo a tu alrededor, en detrimento de tus propias necesidades. Si tu perfil es más de Lamentador, alentarás una mentalidad de autocompasión y de victimización, lo que complicará tus interacciones sociales. ¿Pero qué pasaría si pudieras abandonar las sombras, percibir las trampas que te pones a ti mismo y superarlas?
Esta guía, escrita por dos coachs en psicología positiva, te muestra todas las claves para ayudarte a salir de la espiral infernal de tu autosabotaje.
Cada uno de nosotros caminamos por nuestra propia senda y es un camino difícil: divorcios, cambios de trabajo, dolor o un cambio trascendental en nuestra vida. Estos capítulos de nuestra vida pueden hacernos sentir perdidos y sobrepasados, pensando en cómo hemos llegado a este punto. En la mayoría de las ocasiones, las respuestas que nos damos nos hacen sentir, o bien atascados en nuestro periplo vital o atrapados en la vergüenza. Nos sentimos incómodos con la incomodidad que la vida inevitablemente produce.
Existe, sin embargo, la posibilidad de que dejemos que estas preguntas despierten nuestra curiosidad, una curiosidad que nos animará e inspirará a seguir avanzando, paso a paso, hasta llegar a la otra orilla destino de nuestro viaje.
Ha llegado a un punto en el que se ha dado por vencido con la gente, y los libros, en lugar de ofrecer consuelo, se han convertido en un recordatorio más de un mundo que cambia demasiado deprisa.Pero una noche su vida se transforma de repente cuando se encuentra a una niña de dos años sola en la sección infantil. No hay rastro de su madre, solo una nota que dice: "Quiero que Maya crezca en un lugar con libros y entre gente que se preocupe por ese tipo de cosas. La quiero mucho, pero ya no puedo cuidar de ella".
Anna Green creía que se iba a casar con Liam «West» Weston tan solo para poder acceder a un apartamento familiar subvencionado mientras estudiaba en UCLA. También creía que había firmado los papeles del divorcio tras lanzar los birretes al aire y separar sus caminos.
Tres años después, Anna es una artista muerta de hambre que vive al día mientras West es profesor en Stanford. Puede que sea uno de los cuatro herederos del conglomerado Weston Foods, pero tiene poco interés en trabajar para la despiadada empresa que su familia ha creado desde cero, aunque sí le interesa su herencia de cien millones de dólares. Solo hay un inconveniente.
Debido a una cláusula anticuada del testamento de su abuelo, Liam no verá ni un céntimo hasta que lleve cinco años felizmente casado. Justo cuando cree tocar el premio con la punta de los dedos, su familia aumenta la presión para que le presente a su misteriosa esposa, así que no le queda otra opción que recurrir a la única persona que teme presentar a sus padres: su extravagante y no tan exesposa.
Sin embargo, una vez que se han reunido con su familia, Liam tarda poco en pasar de preocuparse por si la enérgica, malhablada y manchada de pintura Anna será capaz de interpretar el papel a si el mundo tóxico de la riqueza acabará corrompiendo a alguien tan puro de corazón como su esposa, profundamente leal y con los pies en la tierra. Liam tendrá que preguntarse si merece la pena perder el amor verdadero que ha surgido de su mentira para mantener la endeble tapadera que han creado o no.