¡DI ADIÓS AL ABURRIMIENTO CON ARTA!
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¡Héctor no puede creerlo! Todas las gemas del planeta están desapareciendo y resulta que él es el único que puede salvar al mundo de la gran catástrofe: ¡que un terrible agujero negro los engulla a todos!
Y, por supuesto, ¡Héctor no va a permitir que eso ocurra! Él y la detective Lupón unirán sus fuerzas para atrapar al ladrón de las gemas en una aventura sin precedentes y llena de peligros. Pero solo podrán conseguir su objetivo CON TU AYUDA.
Considerada una de las escritoras más visionarias y canónicas, y alabada como «la mejor narradora de nuestra era», Margaret Atwood regresa al terreno de la ficción con Perdidas en el bosque, una colección de quince historias en las que la mítica autora de El cuento de la criada aborda -con su acostumbrado ingenio, mordacidad, imaginación y talento para subvertir el orden establecido- las relaciones familiares, el matrimonio, la pérdida y el significado de vivir en pareja.
Teñidos de una fuerte intensidad nostálgica, todos los relatos nos ofrecen una visión sincera, apasionante e inequívocamente autobiográfica de las minucias de la vida. Desde los protagonizados por el matrimonio formado por Tig y Nell, que forman una novela mosaico, hasta «Morte de Smudgie», sobre la muerte de un gato, pasando por «Mi maléfica madre», que sigue una relación entre madre e hija a través de los años y muestra cómo y por qué muchas personas acaban siendo como sus padres, «La entrevista post mortem», que contiene una improbable conversación entre la autora y su admirado George Orwell, con quien se encuentra a través de una médium en trance o «Muerte a golpe de concha», en la que Hipatia de Alejandría cuenta su propia ejecución.
Entre los siglos XV y XVIII, los europeos no solo estaban fuertemente constreñidos por las jerarquías sociales, también malvivían atormentados por el hambre y la miseria, tiranizados por el consumo diario de un pan deliberadamente adulterado, a menudo mezclado con semillas y hierbas alucinógenas.
Mientras Galileo, Descartes y Bacon trabajaban en la idea de un mundo racional y ordenada, la desnutrición crónica y la embriaguez domésticaagudizadas por estas drogas rurales y domésticas llevaban a sus coetáneos a un viaje psicodélico, a trances y explosiones dionisíacas que involucraban a pueblos enteros, a los meandros de un imaginario demoníaco y nocturno que aliviaba una existencia de otro modo invivible.
A través de una cuidadosa reconstrucción de la vida cotidiana de campesinos, mendigos y pobres, Piero Camporesi en El pan salvaje presenta una imagen vívida y desconcertante de la Europa preindustrial, azotada por el desigual reparto de bienes y alimentos, como un vasto laboratorio de sueños.
Sumida en un universo fantástico, la humanidad tenía acceso a formas de conciencia ajenas a la racionalidad, y aún podía aprovechar las reservas oníricas que la prohibición a las hierbas alucinógenas destruyó más tarde.
En este estudio ya clásico, Anthony Pagden comparó por primera vez las teorías del imperio que surgieron alrededor de las grandes potencias coloniales: española, inglesa y francesa. Desde la apología de la evangelización y la gloria militar que impulsaron al imperio español de ultramar o los argumentos económicos que esgrimieron ingleses y británicos para justificar la colonización hasta el moderno ideal cosmopolita que auguraba el fin del imperio y su remplazo por federaciones de estados iguales e independientes, Pagden hilvana magistralmente una historia de las ideas que aún hoy determinan la política y las distintas maneras en que cristaliza la identidad nacional en todo el mundo.
La esclavitud de nuestro tiempo surgió cuando Lev Tolstói se enteró por un conocido de que los cargadores de la línea de ferrocarril Moscú-Kazán trabajaban por norma unas treinta y seis horas seguidas, así que quiso ir a hablar con ellos y a comprobar con sus propios ojos esas condiciones miserables. Entonces llevaba ya más de dos décadas reflexionando sobre la violencia organizada del Estado y de la propiedad privada, y había abrazado un ideal anarquista de inspiración evangélica orientado, precisamente, a la no violencia. Para preparar este corto ensayo, que vio la luz en 1900, Tolstói escribió más de mil ochocientas páginas a mano, prueba de que lo consideró su gran aportación a la causa de la libertad, la justicia y la felicidad humanas.
Traducción de Esther Gómez Parro