Los espectadores que en 1983 fueron a ver El sur, el clásico de Víctor Erice, se enfrentaron a dos enigmas sobre el origen. El primero, el del pasado del padre de la narradora, quedó irresuelto cuando el productor cortó el rodaje antes de viajar al sur en busca de respuestas. El segundo alude al origen de la propia película, que parte de un «guión de Víctor Erice basado en un relato de Adelaida García Morales»: un relato escrito en 1981 que por entonces aún permanecía inédito. Su publicación en 1985, acompañado por Bene, supuso un descubrimiento doble: no solo revelaba al fin los misterios del sur (o una de sus versiones posibles), sino también a una escritora magnética, personalísima, que transmutaba sus recuerdos de infancia (he ahí otro enigma sobre el origen) con una alquimia embrujada de secretos y silencios; la relación entre padre e hija de su relato, más convulsa y equívoca que la de la versión truncada de la película que llegó a estrenarse, se funda en una suerte de condena compartida, y se recorta sobre un escenario fantasmagórico, casi gótico.
¿Unas memorias? ¿Un dietario? ¿Un libro de viajes? ¿Un ensayo sobre la literatura y el mundillo literario? ¿Una crónica de la literatura española entre los siglos XX y XXI? ¿Una novela social? ¿Una carta de suicidio?
Más bien un exorcismo, ya que no por casualidad arranca con una invocación al padre Karras de El exorcista. Dice la autora, acaso poseída: «Soy una escritora que pide un ascenso y ya es demasiado vieja para ascender. Soy una escritora que no cree −para nada− en la autonomía del campo cultural. Soy una escritora, en medio de la selva, que se abre camino entre la vegetación con un machetito mellado». Y asegura: «Escribo un libro para salvarme de los libros y sus repliegues laterales. Sus turbulencias y su moho. Su copyright. Para recuperar una pureza que solo me haga pensar en que Confucio es el padre de la confución y enunciar grandes palabras que trascienden lo local para transformarse en asunto humano, demasiado humano [...]. Una literatura sin la mugre de la envidia o la negociación del anticipo. Sin portadas ni listas de notables en los suplementos literarios».
El tema de los animales siempre ha tenido un gran atractivo para los artistas. Sin embargo, crear bocetos convincentes de animales puede resultar desalentador y llevarle a preguntarse: ¿por dónde empiezo? * Olvídese del miedo y déjese guiar por expertos con este cuaderno de bocetos. Descubrirá habilidades de dibujo que nunca pensó que podría tener. * Cada capítulo cuenta con espacio suficiente para que practique los bocetos Empiece con técnicas sencillas de trazado y esbozo, y continúe después con la estructura, la textura y la expresión (los elementos fundamentales que harán que sus dibujos de animales pasen de buenos a magníficos). Cada capítulo cuenta con espacio suficiente para que practique los bocetos directamente sobre la página. ¡Tome un lápiz y descubra el placer de dibujar animales!
Este libro va dirigido a cualquiera que quiera mejorar en el dibujo del rostro humano, ya sea si empieza desde cero o es un artista más experimentado. Desde las estructuras faciales básicas hasta los rasgos más detallados, aprenderá los fundamentos del retrato; además, le proporcionará el espacio necesario para practicar en sus páginas. Aprenda a comprender la anatomía y la forma, emplear la luz y la sombra, realizar bocetos de perfil y de frente, dibujar detalles como el cabello y las arrugas y captar el parecido y las expresiones. Cada capítulo cuenta con espacio suficiente para que practique los bocetos directamente sobre la página. ¡Tome un lápiz y descubra el placer de dibujar caras!
¡Acompaña a Martina en su primera gran aventura al dentista! Allí descubrirá que en cada visita no solo cuida de sus dientes, sino que es también divertida y mágica.