El castillo de los destinos cruzados, que su autor consideraba uno de sus mejores libros, se publicó originalmente en 1973, tras un elaborado proceso de escritura por medio de métodos combinatorios que le llevó cinco años. Las dos narraciones que lo componen ―El castillo y La taberna― fueron concebidas a partir de un mismo juego formal: las posibles interpretaciones de dos diferentes mazos de tarot, cuyas cartas se reproducen como anotaciones al margen a lo largo del libro. Para la primera de las narraciones, el punto de partida es el tarot Visconti ―con sus delicados miniados que reflejan el refinamiento renacentista―, que genera una serie de historias cortesanas que aluden al Orlando furioso de Ariosto, protagonizadas por personajes de «bella apariencia y vestidos con atildada elegancia». Y para la segunda, el tarot de Marsella, de trazos más toscos, y que requiere personajes más burdos y un lenguaje más popular.
Este libro, nos dice su autor, es fruto de largos años de reflexión en torno a «líneas de pensamiento y experimentación poco habituales». Para él, la fuente es la imagen que mejor representa el misterio de la vida; en arquitectura, los rascacielos serían las fuentes heladas que han ido brotando en las ciudades. La forma, como afirmaba Sullivan, ha de ser siempre fiel a la función, pero, según Bragdon, la función debe expresar y determinar a la vez el significado mismo de la forma, como ocurre en los organismos naturales. Por tanto, la arquitectura ha de ser orgánica y estética, no en el sentido de «acorde con el buen gusto», sino en el más profundo de belleza.
"París. Un poema" representa un importante hito en la vanguardia en lengua inglesa. Publicado en 1920 en Hogarth Press, la mítica editorial fundada y dirigida por Leonard y Virginia Woolf, condensó muchos de los postulados del modernismo (el gusto por lo "oculto", la fragmentación, el carácter o el "método mítico", las alusiones literarias, históricas y políticas o la libertad formal) y antecedió en casi tres años a "La tierra baldía", de T. S. Eliot. Una auténtica "joya perdida" de la cual ofrecemos la primera traducción al castellano.
Clemens Brentano (Ehrenbreitstein, 1778-Aschaffenburg, 1842), autor de una amplia obra literaria entre la que, tanto por su originalidad como por su interés en rescatar historias y leyendas populares, sobresale su obra narrativa, fue uno de los máximos exponentes del llamado círculo de Heidelberg y uno de los más importantes escritores del romanticismo alemán. "Gockel, Hinkel y Gackeleia" se contó entre los escritos más apreciados y valorados por su autor, como demuestra que fuera no solo la única narración cuya publicación autorizara en vida, sino también que regresara a ella años después de su escritura para ampliarla incluyendo sus experiencias personales y su enorme bagaje cultural y religioso. Además, se trata de una obra que permitirá a los lectores conocer la faceta lírica de Brentano, ya que en ella se encuentran distintos poemas que atestiguan su ingenio para el género.
William Faulkner, galardonado con el premio Nobel de Literatura de 1949, es uno de los escritores más aclamados e influyentes de la literatura norteamericana del siglo pasado. Su obra transita los caminos más complejos con maestría técnica y un avasallador talento narrativo, capaz de generar un universo en torno al pequeño y apócrifo condado de Yoknapatawpha, trasunto de su Mississippi natal, a través de la combinación de un profundo desarrollo de los personajes y de un innovador repertorio de recursos expresivos que alcanza su cima en "¡Absalón, Absalón!" Hoy nadie pone en duda que "¡Absalón, Absalón!" es una obra maestra y una novela clave en la literatura universal.
"Adam Bede" fue la más vendida y leída de las novelas de George Eliot, pseudónimo de la escritora Mary Ann Evans. Sus relatos y novelas figuran entre lo más escogido de la literatura victoriana. En esta novela, la autora quiso trasladar fielmente a sus lectores una realidad histórica que combinaba el ambiente shakesperiano de la Inglaterra rural con la épica miltoniana reavivada por la fe metodista.