«Vas a sanar. Porque te ríes con el alma, porque eres de corazón noble, porque la vida tiene algo aún mejor esperando por tí. Porque lo mereces. Y porque a pesar de todo, brillas hasta con el alma rota»
Durante el verano de 1980, la profesora de Astrofísica Joan Goodwin comienza a formarse para ser astronauta en el Centro Espacial Johnson de Houston junto con un grupo de compañeros excepcional: Hank Redmond, piloto de Top Gun; John Griffin y Lydia Danes, especialistas de la misión; la bondadosa Donna Fitzgerald; y Vanessa Ford, una magnética y misteriosa ingeniera aeronáutica. Mientras los nuevos astronautas se preparan para sus primeros vuelos, Joan halla un amor y una pasión que nunca había imaginado, y comienza a cuestionarse todo cuanto creía saber sobre su lugar en el universo observable.
V.E. Schwab nos vuelve a conquistar con una historia tan poderosa e inolvidable como La vida invisible de Addie LaRue. Una lectura que desafía todos los géneros y explora la inmortalidad y el hambre de una manera completamente nueva. Una historia sobre la vida: sobre cómo termina y cómo empieza Una historia sobre el hambre. 1532, Santo Domingo de la Calzada. Mientras crece, María se vuelve rebelde y astuta; lo único que supera su belleza es su necesidad de huir. Sin embargo, sabe que solo puede ser un premio o un peón en los juegos de los hombres. Cuando una desconocida fascinante le ofrece un camino distinto, María toma una decisión desesperada y jura no arrepentirse jamás. Una historia sobre el amor. 1827, Londres. Charlotte tiene una vida idílica pero recluida en la hacienda de su familia hasta que, por culpa de un instante íntimo y prohibido, la envían a Londres. Con un corazón tierno y unos sueños, que en principio parecen imposibles, se queda embelesada ante la invitación de una hermosa viuda; sin embargo, el precio de la libertad es mucho más alto de lo que podría haberse imaginado.
«Vivimos en un mundo donde mujeres excepcionales tienen que quedarse sentadas esperando a hombres mediocres».
Cuando Carrie se retira del tenis, es la mejor jugadora que el mundo ha visto jamás. Ha batido todos los récords y ha conseguido veinte títulos de Grand Slam. Y si le preguntas, se merece cada uno de ellos. Lo ha sacrificado casi todo para convertirse en la mejor, con su padre como entrenador.
Pero seis años después de retirarse, Carrie se encuentra en las gradas del US Open de 1994, viendo cómo una tenista británica brutal e impresionante llamada Nicki Chan le arrebata el récord.
Con treinta y siete años, Carrie toma la decisión de salir de su retiro para entrenar con su padre un último año, con la intención de recuperar su récord. Aunque la prensa deportiva le ponga nombres desagradables.
Taylor Jenkins Reid nos cuenta la historia de una noche inolvidable (para bien y para mal) en la vida de una familia; la noche en que cada uno de ellos deberá decidir qué secretos seguir guardando para sí mismos, qué cosas están dispuestos a soltar y qué van a dejar atrás.
Malibú: agosto de 1983. Como cada año, ha llegado el día de la fiesta de final de verano organizada por Nina Riva, y la expectación es máxima. Todo el mundo quiere estar cerca de los famosos hermanos Riva: Nina, la talentosa surfista y supermodelo; Jay y Hud, un campeón del surf y un conocido fotógrafo respectivamente; y la adorada Kit, la más joven de la familia. Los cuatro hermanos despiertan auténtica fascinación tanto en Malibú como en el resto del mundo, especialmente por ser los descendientes del legendario cantante Mick Riva.
La única persona que no está ansiosa por que llegue la fiesta es la propia Nina, que nunca quiso ser el centro de atención y que acaba de ser públicamente abandonada por su marido, un jugador de tenis profesional. Y quizás tampoco Hud, porque hace demasiado tiempo que debería haberle confesado algo a su inseparable hermano.
¿Por qué tan pocas personas aman su trabajo? Imagina un mundo donde todas las personas se levantasen inspiradas y con ganas de ir a trabajar, se sintiesen valoradas durante el día y regresasen a sus hogares satisfechos. Simon Sinek lleva años recorriendo el mundo y observando que algunos equipos de trabajo podían confiar totalmente en sus compañeros, hasta arriesgar la vida, mientras que otros eran incapaces de evitar la fragmentación del equipo sin importar qué metodología se aplicara.
La respuesta la encontró durante una conversación con un general que le explicó que los oficiales comen al final, y que los primeros en comer deben ser los soldados. Lo que parecía simbólico en el comedor, en la batalla era básico para la supervivencia de cualquier equipo.