Una historia –como una vida– cuando se evalúa, puede considerarse buena, regular o mala y además casi siempre refleja, en una que otra medida, un retrato y retablo de variadas estampas de la época en que se desarrolla. Todo ello puede servir también para describir el entorno de la localidad o las localidades geográficas, ámbitos y realidades transcurridas, que pueden haber cambiado con el transcurso del tiempo. Mi historia y mi vida no tienen categoría excepcional, mis dones y mis pecados son potables a los demás, pero, en fin, caramba, es mi historia y eso basta, y como tal, al igual que las de los lectores, pude servir de referente para vivir y contar otras historias en desarrollo, y por eso también vale la pena contarla. Naturalmente, para hacerlo y para que el relato sirva para algo, hay que narrar todo con sinceridad y honestidad y así lo hago, sin amarrar detalles en el palo mayor de los egos y domando los demonios de esa vanidad que tenemos todos en alguna medida, pero que debe ser también sensata y comedida.
Tras sobrevivir a la caída del Imperio Romano de Europa Occidental en el siglo V, el Imperio Bizantino floreció como una de las fuerzas económicas, culturales y militares más poderosas de Europa durante mil años. En esta breve introducción, Peter Sarris introduce al lector en la singular fusión de la cultura política romana, la tradición intelectual griega y la fe cristiana que tuvo lugar en la capital imperial de Bizancio bajo el emperador Constantino y sus herederos. Utilizando ejemplos de la arquitectura, el arte y la literatura bizantinos, Sarris muestra cómo su legado fue reelaborado y reinventado en los siglos siguientes, frente a los desafíos y amenazas exteriores. A través del impacto de la guerra con los mundos persa e islámico en el este, Sarris explora la creatividad del arte de gobernar y la estrategia bizantinas, así como los repetidos (pero en última instancia infructuosos) intentos del imperio de conseguir la ayuda de las potencias cristianas de Europa occidental para asegurar su supervivencia.
Ariadna Godoy vuelve con mucho drama, decisiones moralmente cuestionables y mucho, mucho, spicy. Si estás preparada para el desastre emocional, adelante. No debí retarlo. Blue solo se siente libre cuando lleva su moto al límite. En el momento en que un jinete de ojos negros se detiene a su lado en un semáforo en rojo, no puede evitar retarlo, improvisando una carrera clandestina. No debí besarla. Black no se toma la vida en serio. Temerario y carismático, algo oculta detrás de sus bromas. Nunca rechaza un reto: ganar a la chica del cabello azul que lo reta le dispara la adrenalina, y acaban compartiendo un beso que lo cambiará todo. Son impredecibles y pasionales, son Black & Blue. No debimos El corazón de Blue se salta un latido cuando descubre que Black es el mejor amigo de Red, el chico del que está enamorada.