Sabemos, o al menos así lo creemos,
reconocerlo y no ignoramos muchas de sus causas, pero ¿que conocemos
de los procesos biológicos asociados a el?
Enseñarnos que es el estres -o, mejor, los diferentes tipos de estres (por
ejemplo, homeostático, aleostático o pantostático)-, los mecanismos de
respuesta que genera en el cuerpo y cómo estos se transmiten, constituye
uno de los objetivos de El mono estresado. Únicamente si tenemos una
idea precisa de lo que es realmente el estres, seremos capaces de prevenirlo y tratar con eficacia sus consecuencias negativas.
Los humanos somos diferentes de los otros animales. Pero ¿qué es lo que determina esta diferencia? No tiene que ver con que seamos más inteligentes o más racionales, sino con que nos emocionamos con cosas que dejan impasibles al resto de los seres vivos. La esencia de nuestra naturaleza se despliega en el lenguaje y la pasión por lo simbólico, que modulan nuestras emociones y han estado desde siempre irremediablemente unidos a la aparición de trastornos mentales específicamente humanos, como la locura. En este libro, Julio Sanjuan explora desde el surgimiento de la especie los tres aspectos diferenciales que explican nuestro enorme éxito evolutivo: creatividad individual, instinto de cooperación y pasión por los símbolos. A partir del concepto de «sincronía», plantea un modelo transversal que arroja luz sobre los orígenes de nuestras emociones y sus trastornos, y propone un lenguaje común entre los aspectos biológicos, psicológicos y sociales de sus causas y mecanismos. Si cada cerebro es único, solo desde una concepción integradora, antidogmática y flexible se puede encontrar la mejor manera de enfrentar nuestros conflictos emocionales.
Rabiotón lleva mucho tiempo de color rojo, pero muy muy rojo. Hace tanto que está así que el pobre ha olvidado cuál es su color de verdad y es que ¡está rojo de rabia! Pero Rabiotón tiene un amigo que le enseñará a sacar su rabia de forma sana y a descubrir cuál es su verdadero color.
Todas las emociones son importantes y todas tienen una finalidad. Es normal sentir todo tipo de emociones, y muy necesario expresarlas. La rabia, por tanto, no es mala. Es una emoción más que todos experimentamos a veces y que nos impulsa a actuar. Por ejemplo, nos ayuda a cambiar cosas que no nos gustan, a defender a otros y a nosotros mismos, a levantarnos cuando nos caemos o a conseguir algo que queremos. A nosotros no nos enseñaron a sacar la rabia de forma sana y, cuando nuestro hijo la siente o cuando tiene una rabieta, no sabemos ayudarlo, nos bloqueamos, nos asusta e incluso nos enfada. Pero la rabia no hay que dejarla dentro ni taparla, hay que sacarla sin hacer daño a los demás o a nosotros mismos. Los niños exteriorizan su rabia de formas distintas, a veces gritando, empujando y tirando algo, o a través de una rabieta. Nuestro trabajo como madres y padres es validar esa rabia y acompañarlos y guiarlos para que la gestionen correctamente.