El protagonista de la novela es Wilfredo de Ivanhoe, un joven y valeroso caballero de la corte de Ricardo Corazón de León. La novela narra los amores de Ivanhoe con lady Rowena, una dama sajona, así como la diferenciación entre sajones y sus dominadores normandos. Ivanhoe pertenece a una de las familias nobles sajonas en un momento en que la nobleza de Inglaterra era abrumadoramente normanda. Las simpatías de Scott están claramente del lado de los sajones, en especial de su líder, Cedric, y de todo su entorno.
En 1972, el joven director de teatro francés Georges Werler fue a ver a Milan Kundera a Praga y a su regreso consiguió, pese a los controles de la frontera, introducir en Francia el manuscrito de su obra de teatro Jacques y su amo. Kundera la había escrito después de la invasión soviética, cuando toda su obra, pasada y futura, había quedado borrada de las letras checoslovacas. En esta muy libre variación sobre Diderot, Kundera rinde un homenaje al escritor y filósofo francés que le ayudó a sobrevivir en un periodo tan difícil.
Tres historias de amor se entrecruzan durante el viaje que emprenden Jacques y su amo: la del amo, la de Jacques y la de Madame de la Pommeraye; tres historias que se entremezclan polifónicamente, donde cada una es, a su vez, variación de la otra, y juntas conforman una comedia sobre los problemas existenciales de la pasión amorosa, los celos, la venganza y el destino.
«Aquí se aprende muy poco, falta personal docente y nosotros, los muchachos del Instituto Benjamenta, jamás llegaremos a nada, es decir que el día de mañana seremos todos gente muy modesta y subordinada. La enseñanza que nos imparten consiste básicamente en inculcarnos paciencia y obediencia, dos cualidades que prometen escaso o ningún éxito. Éxitos interiores, eso sí. Pero ¿qué ventaja se obtiene de ellos? ¿A quién dan de comer las conquistas interiores?».
Así empieza Jakob von Gunten, la tercera novela de Robert Walser, la más amada por el autor, y también la más discutida e innovadora, escrita en 1909 en Berlín, tres años después de haber dejado el centro donde se había educado. El gran protagonista de esta historia «singularmente delicada», según un juicio de Walter Benjamin, es el propio instituto: el alumno Jakob, a través de su diario, nos introduce en todos sus secretos, en sus dramas y pequeñas tragedias y en todos sus misterios, convirtiéndolo en uno de los escenarios verdaderamente memorables de la literatura del siglo XX.