Sonya recibe la noticia de que su difunto padre tenía un hermano gemelo poco después de romper su compromiso matrimonial y perder su trabajo, así que, cuando descubre que su tío desconocido le ha dejado en herencia una mansión victoriana en la costa de Maine, decide instalarse en ella para descubrir por qué los niños fueron separados al nacer y la razón por la que todo se mantuvo en secreto.
La joven no tarda en darse cuenta de que en la casa ocurren cosas muy extrañas. Trey, el abogado amigo de la familia que la ayuda a instalarse, le confirma que el lugar está embrujado y le habla de Astrid, «la primera novia perdida», cuyo retrato decora el despacho de su tío. Sonya también ha heredado una maldición centenaria y un enigma que debe resolver para romperla.
Elisabeth Förster Nietzsche fue la enigmática y controvertida hermana de Friedrich Nietzsche. A través de una rigurosa investigación, el historiador Ulrich Sieg recorre los hitos de su vida, desde su juventud en Alemania y su matrimonio con el furibundo antisemita Bernhard Förster, hasta su experiencia en la comuna Nueva Germania en Paraguay o su relación con las figuras más destacadas del nazismo. Apoyándose en diarios, cartas y libros de la época, esta reveladora biografía expone cómo Elisabeth se movió con fluidez en los círculos intelectuales y políticos de su época, y cómo su intervención en la obra del filósofo fue determinante para una interpretación conservadora, nacionalista y autoritaria que consolidó el «culto a Nietzsche».
Un retrato emocionante de una de las mejores cuentistas argentinas.
La escritora argentina Silvina Ocampo es una de las figuras más exquisitas, talentosas y extrañas de la literatura en español. Hija de una familia aristocrática, autora de libros que, al decir de Roberto Bolaño, parecen provenir de «una limpia cocina literaria», en torno a ella se han urdido mitos que envuelven no solo su obra, revalorizada con entusiasmo en los últimos años, sino también su vida privada: la particular relación que tenía con su marido, Adolfo Bioy Casares; su cambiante y chismosa amistad con Jorge Luis Borges, que cenaba cada noche en su casa; sus presuntos romances con mujeres, como la poeta Alejandra Pizarnik o la madre del propio Bioy; sus perturbadoras premoniciones; sus ambiguos conflictos con la olímpica Victoria Ocampo, su hermana mayor.