Sevilla, 1911. Han pasado nueve años desde que Trinidad viajó a la ciudad para descubrir la historia de su familia, ligada a las míticas vajillas de La Cartuja. Instalada de nuevo en Inglaterra y volcada en su labor como ceramista, recibe una carta de la marquesa de Pickman, la propietaria de la fábrica de loza, que la hará regresar al lugar que marcó su vida.
Bienvenidos a MAGICORNIA, ¡el Bazar de las Cosas Asombrosas!
¡Acompaña a Lucas, el primo de Claudia, en sus aventuras repletas de magia por Unicornia!
Me llamo Lucas, soy el primo de Claudia
¡y en Unicornia he hecho grandes amigos!
Aquí mi madre ha abierto Magicornia, el Bazar de las Cosas Asombrosas, ¿lo has visitado ya?
Hoy toca mi asignatura favorita, ¡la de Vuelo de unicornio! Sin embargo, los unicornios están cansados en exceso.
¡Parece que no pueden volar! ¿Qué podemos hacer?
El tiempo en que vivimos a menudo se vuelve aburrido, a veces oscuro. Ocurre cuando perdemos de vista lo que es realmente importante. La práctica del cuidado es fundamental para la vida: cuidado de uno mismo, de los demás, de las instituciones, de la naturaleza. Sin cuidado, no puede haber buena vida para el ser humano. Pero en una cultura neoliberal, no se presta la debida atención al cuidado. Cuando las actividades esenciales del cuidado ―las que proporcionan lo que alimenta la vida, las que reparan situaciones difíciles, las que construyen mundos― no reciben el debido reconocimiento, la política se marchita, pierde su capacidad de promover una vida plenamente humana. Es hora de que la política se repiense a sí misma para convertirse en una política del cuidado.