Dicen que Nueva York es la ciudad de los rascacielos y de las grandes avenidas, además del escenario de infinidad de películas. Personalmente añadiría que también es la ciudad de los sueños, esos que todos esperamos cumplir algún día, incluso yo misma, aunque a veces lo olvide cuando otro sueño, mucho más poderoso y que lleva su nombre, llega para ensombrecer este.
Si me quedaré hasta convertirme en la top model que deseo ser es una incógnita para mí; lo que sí tengo claro es que ahora estoy aquí y que voy a dejar mis dientes marcados en esta gran manzana, o al menos a intentarlo. Y mientras lo hago, su mirada, su sonrisa y su recuerdo caminarán a mi lado por las calles de esta metrópoli y del mundo, para recordarme lo que pudimos tener y no tenemos y también quiénes fuimos y quiénes no vamos a ser.
Me llamo Valentina, soy modelo y crecí en La Rioja, rodeada de viñedos, en la finca de mi familia. Siempre imaginé mi futuro allí, con Víctor, trabajando juntos en la bodega, pero una cosa es lo que imaginamos y otra, lo que luego sucede en realidad.
Puede que estés preguntándote quién es Víctor, y para esa cuestión tengo demasiadas respuestas, así que mejor te digo que él lo fue TODO para mí, hasta que nuestros sentimientos nos explotaron en la cara y decidí marcharme tan lejos como pude. Hoy, tres años después, esa noche sigue rompiéndome por dentro.
Estamos en el mejor momento de la historia para emprender. El mundo necesita nuevas ideas y llevarlas a cabo es ahora más fácil que nunca. Mientras tanto, la mayoría de personas pasan demasiadas horas haciendo demasiado trabajo por muy poco dinero, y lo saben. Quieren dejarlo.
Entonces ¿por qué hay tanta gente que aún se resiste a montar una empresa? ¿Por qué hay tantos aspirantes a emprendedores en redes sociales y tan pocos empresarios que dirigen sus propios negocios? Todo esto tiene fácil solución. El plan es sencillo -tan sencillo que se puede completar en un solo fin de semana- pero tan poderoso que Kagan lo ha empleado hasta en siete ocasiones para crear negocios de más de un millón de dólares.