Si quieres filosofar... constituye un aporte honrado y feliz que en buena hora viene a engrosar el magro caudal de la literatura filosófica criolla destinada a la formación de la juventud. Porque los escritos incluidos en sus páginas son todos significativos, iluminadores, cuando no fundamentales. Porque el criterio que presidió la selección de los mismos se nos impone como definitivamente esclarecedor y creativo.
León David
Nuestra época se caracteriza por la caída de los principios y de los grandes ideales del hombre. Para darle respuesta a lo anterior, sólo hay un camino: filosofar. Y a ello nos invita la presente obra.
Esto de por sí constituye un gran mérito, aunque no tuviera ningún otro, porque llamar a los hombres a pensar en una época en que no lo hacen; llamarlos a la reflexión y a la luz, en una época en que se tornan irreflexivos y se hunden en las tinieblas, es algo grandioso. El hombre sigue siendo proyecto.
La vida no es perfecta, pero tu actitud sí puede serlo. Superarte, cambiar o plantearte metas es algo que deber elegir tú. E, independientemente del momento en el que te encuentres y de las circunstancias por las que atravieses, siempre tienes la libertad de elegir cómo enfrentarte a cada situación.
Porque la actitud no lo es todo, pero sí es el motor para alcanzar tus deseos. Y en el mundo hay actitud para todos, y en grandes cantidades. Sal a luchar por la ración que te toca.
Si vives en este mundo lo sabes de sobra: cada día más personas se hartan de su trabajo y deciden abandonarlo. La precariedad laboral y la inestabilidad económica son cada vez más evidentes, y los trabajadores que no dimiten de su puesto son despedidos por protestar.
«Que os den», se oye a uno y otro lado.
Pero esto no tiene por qué ser así: profesionales y empresarios estamos condenados a entendernos. De hecho, sólo hay una salida a la situación actual: trabajar juntos para convertir nuestras empresas en un lugar en el que todos nos sintamos cómodos, importantes y valorados.
Este libro está pensado para que lo compartan jefes y compañeros de trabajo, para que se discuta y para que sea puesto en práctica.
Porque no importa cuál sea tu papel: todos tenemos el poder de cambiar las cosas.