En 1996, Allen Ginsberg tenía setenta años, se encontraba muy delicado de salud y le quedaba apenas un año de vida. Impulsado quizá por la urgencia de cantar unas últimas verdades, y a pesar de sus escasas apariciones públicas durante aquel período, el poeta beat se lanzó a un gran proyecto final: el de musicar, en colaboración con Paul McCartney y Philip Glass, una colección de pequeños poemas que acababa de publicar en la revista The Nation: se trataba de la Balada de los esqueletos.
Inspirados en la festividad mexicana del Día de los Muertos, estos esqueletos universales reproducen y padecen los males de nuestra sociedad, ejercen y a la vez sufren el poder, dejándose el cuerpo en ello. Entre todos conforman la danza macabra del sistema de agotamiento, explotación y destrucción en que vivimos. Sus versos, tan radicales como divertidos, azote de la moral estadounidense, mantienen hoy su feroz condición de sátira carnavalesca, cobrando una sorprendente y acaso terrorífica actualidad.
Tan inmensa y desbordante era la personalidad —y el físico— de Jack Burdette que en un momento dado ya no pudo encontrar su lugar en Holt, su pueblo natal. Tras fracasar como jugador de fútbol americano, una serie de acontecimientos le obligaron huir, dejando a la comunidad profundamente disgustada.
Durante casi una década, la sombra de Jack permanece en Holt, alimentando el rencor colectivo. Pero su reaparición inesperada no trae consuelo ni reconciliación. Por el contrario, su regreso despierta una tormenta de emociones que amenaza con romper los frágiles cimientos del pueblo, y su presencia —más poderosa que su prolongada ausencia— desata una catarsis emocional que revela las profundas grietas bajo la superficie de la vida cotidiana.
Año del Señor de 1580. Sevilla vive su momento de máximo esplendor como capital del comercio entre el Nuevo y el Viejo Mundo.La Flota de Indias de Su Majestad está a punto de zarpar cuando la piel arrancada del rostro de una mujer y su cabellera pelirroja aparecen ajustadas como un disfraz macabro al mascarón de proa de la Soberbia, el buque de guerra que abre el convoy. Próxima al barrio portuario del Arenal, en una zona cercada por altos muros, se encuentra La Babilonia, el prostíbulo más cotizado de la Mancebía y donde ejerce Damiana. A pocos metros de allí está el convento de las carmelitas descalzas, donde vive en clausura sor Catalina. Ambas fueron amigas en la infancia y se verán unidas de nuevo a fin de averiguar quién cometió tan brutal asesinato y por qué. Para hacerlo pondrán en peligro sus propias vidas, pero también el secreto mejor guardado de la Corona.
La vida no es una carrera. No hay ganadores ni perdedores. A muchísimas personas les va mejor que a ti… y muchísimo peor», se repite Luke. Durante más de diez años, Luke Healy ha invertido toda su autoestima en su carrera. Pero entonces, casi de la noche a la mañana, parece que todo se desvanece.
Con el telón de fondo de un clima global que cambia peligrosamente, La autoestima y el fin del mundo abarca dos décadas de tragicómico autodescubrimiento, hasta que a Luke se le presenta la posibilidad de que su obra renazca en Hollywood. Pero ¿a qué precio?¿Qué sucede cuando no eres quien necesitas ser? Y, en última instancia, ¿quién puedes ser en el fin del mundo?
¿Cómo llegar hoy a la Atlántida? ¿Hasta dónde se extienden los límites para un conocimiento científico de la civilización descrita por Platón? ¿De qué modo puede contribuir la leyenda a la identificación de un futuro patrimonio cultural inmaterial? ¿Qué gran reto afronta la atlantología y en qué medida contribuyen a él las distintas disciplinas? ¿Alberga el golfo de Cádiz el epicentro de un mundo mítico de fronteras franqueables?
Filosofía, antropología, filología, geología, arqueología, mitología, historia antigua, prehistoria y otros muchos campos se congregan de nuevo en la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) para dar un paso de gigante más en el descifre de la Atlántida como realidad científicamente abordable. Desde un prisma racional y holístico, su propósito es ahora fondear y explorar el horizonte que alcanza la cuestión atlante y sus implicaciones.
¿Camina la «atlantología» por un sendero errado? ¿Hemos ignorado incongruencias trascendentales en el relato de Platón? ¿Manejamos mapas históricamente adecuados? ¿Y si la clave que nos acercaría a la resolución del enigma no se hallara en el célebre estrecho de Gibraltar, sino en el desconocido e inexplorado estrecho de Coria? ¿Hacia dónde nos conduce el rastro del tsunami que habría puesto fin drásticamente al Imperio calcolítico? ¿Acaso alberga la ciudad de Sevilla los vestigios de la Atlántida?
Los diálogos platónicos Timeo y Critias nos situaron tras la pista de una fascinante civilización perdida que aún hoy permanece sumida en la nebulosa del mito. ¿Fantasía o realidad? Entre quienes valientemente se han propuesto escrutarla desde el prisma de la ciencia en los últimos tiempos, muchos especialistas, lastrados por una ahistórica e inexacta interpretación de las fuentes escritas, han pasado por alto detalles cruciales que, como a Schulten en su búsqueda de Tartessos, los habrían acercado a la verdad. La presente obra, fruto de casi treinta años de trabajo, consolida un insólito giro de las investigaciones que, frente a la idea del golfo de Cádiz, apunta a la antigua Híspalis como epicentro atlante: mediante un riguroso análisis de los textos y sus traducciones, y una mirada interdisciplinar a los últimos hallazgos geológicos y arqueológicos, el autor reconstruye de manera inaudita el mapa y los acontecimientos descritos por el filósofo y, contrastándolos, nos retrata la naturaleza de la Atlántida como nunca antes.