Sin duda, usted se ha dado cuenta de que la informática y el ocio digital ya forman parte de nuestra vida diaria. Se encuentra con ellos en el banco, en la cultura, en los viajes, etc., y le llaman la atención. Todos a su alrededor los emplean, ¿por qué usted no?
Si se encuentra en esa edad en la que después de haber disfrutado de muchas cosas no quiere perderse nada del mundo actual, acérquese a ellos. Compruebe que no solo son un recurso escolar o laboral, sino que son también para usted. Solamente necesita este libro, un poco de tiempo y de ilusión, y un mucho de curiosidad.
Esta guía le ayudará a entender la informática, a utilizarla y, además, a disfrutar de ella. Aquí tiene un método sencillo, una forma cómoda de acercarse al mundo del ordenador y de extraer todo su contenido práctico. Con unas instrucciones fáciles, claras y precisas, sin complicaciones ni tecnicismos. Todo está a su alcance.
Los profesores Mario Esteban Rodríguez y Rafael Martín Rodríguez, especialistas en estudios chinos, ofrecen una aproximación rigurosa, amena y concisa a uno de los países con mayor influencia de nuestra era. Un análisis alejado de estereotipos y sesgos políticos que presenta las claves para comprender China y su impacto sobre las grandes tendencias macroeconómicas, la geopolítica mundial y el cambio climático. Este libro interesará a quienes quieran conocer mejor a este actor global y cómo influye en sus vidas.
Aunque parezca increíble, estamos a merced de cientos de billones de organismos unicelulares que ejercen un control sobre cada aspecto del funcionamiento de nuestra mente y nuestro cuerpo. Se trata de las diversas especies de microbios que viven en el intestino, la boca y piel, que trabajan sinérgicamente para comunicarse entre sí y con cada sistema de nuestro cuerpo. Eres el hogar de tu microbiota, y quiere cuidar de ti, pero primero debes protegerla. En Intestino en forma, el Dr. Steven Gundry revela la ciencia emergente que demuestra que Hipócrates tenía razón: todas las enfermedades comienzan en el intestino. Cuando nuestro microbioma está desequilibrado, ello tiene un impacto en nuestro sistema inmunitario, nuestros niveles hormonales, nuestra salud mental y nuestra longevidad; también en el riesgo que tenemos de sufrir enfermedades autoinmunes, cardíacas y neurodegenerativas, así como diabetes y cáncer. Sin embargo, no todo está perdido: las enfermedades también pueden curarse en el intestino si elegimos tratar bien a nuestros microbios.
El ser humano es el ser vivo cuya existencia va acompañada de una gran capacidad para "hacerse ser", para manifestarse en los papeles sobreañadidos. A fin de sostener estos papeles, tanto en la vida como sobre el escenario, recurrió al maquillaje o a las máscaras, que proporcionan simulación y disimulo y producen una mímica eficaz. Las máscaras fueron en ocasiones portadoras de soberanía, y en otras, de infamia o de ridículo. Para sujetos con la obligación de dar la cara fueron figuras de auxilio. Las máscaras permitieron que la ocultación y la manifestación actuaran en concierto. Esta recopilación de estudios contiene las páginas recientes sobre "Los poderes de la máscara", que figuraron en el catálogo de la exposición Máscaras, mascaradas, mascarones, celebrada en el museo del Louvre en 2014.
Internet tiene dueños: empresas privadas con ánimo de lucro. La mayoría de buscadores aniquilan cualquier tipo de privacidad y algunas redes sociales se han convertido en altavoz de la propaganda de ultraderecha tan solo porque resulta rentable. Pero no siempre fue así. De hecho, para maximizar los beneficios, internet tuvo que rehacerse mediante un largo proceso de privatización que duró años y que convirtió una pequeña red de investigación en una gran potencia del capitalismo mundial.
Internet para la gente es la historia de la privatización que ha creado el internet que hoy conocemos y que dio pie a las crisis que hoy lo consumen. Pero también es una respuesta: propone su desprivatización y que quienes lo gobiernen sean las personas y no los beneficios. Reducir el espacio del mercado y del afán de lucro, abolir los jardines amurallados de los gigantes que dominan nuestras vidas digitales al tiempo que se desarrollan alternativas de propiedad pública y cooperativa que permitan un control democrático real. Si queremos construir un internet mejor, es preciso cambiar quién lo posee y cómo lo organiza. No con la intención de que los mercados funcionen mejor, sino de que tengan menos poder. No para crear una versión más competitiva o más reglamentada de la privatización, sino para revertirla de una vez por todas.