El escritor don Guillermo Bogarín sonríe satisfecho al pensar en el selecto grupo que ha logrado reunir: ha merecido la pena el trabajo dedicado durante meses a preparar ese tour por Europa. Apenas quedan dos días para el 25 de septiembre de ese año 1893 para que esos nueve viajeros partan de la estación de Lyon en París para recorrer, durante casi dos meses, parte de la Italia recién unificada, algunos territorios de Austria-Hungría y ciertos lugares de las nuevas fronteras del Imperio alemán. Son el arquitecto Jacobo Figueroa y su amigo, el ambicioso empresario Juan Álvarez-Caballero; el intransigente pintor impresionista Ferdinand Mercier, su buena amiga Jeanne Leroy, empresaria teatral de éxito tras la muerte de su marido, a quien acompaña su sobrino, el inconstante Henri Collet; la condesa rusa Karimova; la señora Dupont, propietaria junto a su marido de una editorial de música y promotora de jóvenes talentos de este arte, y Clara Balaguer, virtuosa violinista y una de sus representadas.
Se llamaba Sheindla-Sura Leibova Salomoshak-Bluwstein, aunque la historia la recuerda por su apodo: «Soñka, manos de oro». Había nacido en Varsovia en 1846, y a finales del siglo xix se convirtió en una leyenda por sus ingeniosas maneras de estafar. Ocupó las portadas de los diarios más leídos de la época: la llamaban «Diablo con falda», «La versión femenina de Robin Hood» o «La zarina del crimen». Engañaba y robaba a los hombres ricos en los hoteles de Odesa, Moscú y San Petersburgo, en las joyerías y en los trenes. La atraparon en 1888, y cumplió condena en la isla de Sajalín. Se decía que quien entraba allí jamás regresaba: así ocurriría con Soñka, que murió en prisión en 1902.
Pero antes hubo un juicio. Un juicio polémico y popularísimo en su tiempo, cuando Soñka —manos de oro— evocó la historia de su vida: una memoria bien diferente a aquella que la prensa había divulgado sobre ella.
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Lan spends her nights as a songgirl in Haak’gong, a city transformed by the Elantian colonizers. Her days are consumed by the search for knowledge about the strange mark—an untranslatable Hin character—burned into her arm by her mother in her last act before she died.
Zen is a practitioner—one of the fabled magicians of the Last Kingdom. He’s never seen anything like Lan’s mark, but he knows that if there are answers, they lie deep in the pine forests and misty mountains of the Last Kingdom, with an order of practitioning masters planning to overthrow the Elantian regime.
Yet, both Lan and Zen are hiding secrets—secrets that are buried deep within them. Secrets that even they have still to unearth. Both hold the power to liberate their land, if they don’t destroy it first.
Now the battle for the Last Kingdom begins.
El papa Francisco ha presenciado cómo la crisis del Covid-19 ponía de relieve de una manera aún más evidente la crueldad y la desigualdad que nos rodean. Pero también ha visto en la capacidad de recuperación, la generosidad y la creatividad de muchas personas los medios para salvar la sociedad, la economía y el planeta.
En este libro, el Papa insta a no permitir que todo este dolor sea en vano analizando y aprendiendo lo que esta situación puede enseñarnos, y, con gran sinceridad, revela tres crisis en su propia vida de las que salió fortalecido.