Que Rin superase el Keju (una prueba para encontrar a los jóvenes con más talento del imperio) sorprendió a todo el mundo: a los oficiales que realizaron la prueba, que no podían creer que una huérfana de la Provincia del Gallo pudiera superarla sin hacer trampas; a los tutores de Rin, que pensaban que podrían casarla y seguir con sus labores delictivas; y a la propia Rin, que se dio cuenta de que al fin se había librado de la servidumbre y la desesperación que marcaban su día a día. Pero que entrara en Sinegard, la academia militar más elitista de Nikan, fue aún más sorprendente. Sin embargo, las sorpresas no siempre son buenas. Porque una sencilla muchacha de piel oscura del sur no lo tiene fácil en Sinegard. Sus compañeros le hacen la vida imposible por su color, su pobreza y su género. Pero Rin descubre que posee un poder letal y extraordinario: una aptitud para el casi mítico arte del chamanismo. Por ahora el imperio Nikara está en paz, pero la Federación de Mugen aún acecha al otro lado del mar. La Federación se valió de sus avances militares para ocupar Nikan durante décadas tras la primera Guerra de la Amapola, y aún se notan los estragos de la segunda. Mientras algunas personas tratan de seguir con sus vidas, unas pocas son conscientes de que la tercera Guerra de la Amapola está próxima… Los poderes chamánicos de Rin podrían ser la única forma de salvar a su gente. Pero a medida que va sabiendo más acerca del dios que la ha elegido, el vengativo Fénix, Rin teme que ganar la guerra se lleve por delante su humanidad… y puede que ya sea demasiado tarde.
Cuando pensamos en los escitas imaginamos un pueblo nómada y bárbaro. En realidad, en su apogeo, los escitas fundaron el primer gran imperio del mundo, que abarcó desde Mongolia y el noreste de China al noroeste de Irán y el Danubio, y que por el sur llegó hasta el mar de Arabia. Su influencia fue decisiva en el surgimiento de la edad clásica en civilizaciones de toda Eurasia, desde el mar Negro hasta China.
En El Imperio escita, el prestigioso historiador Christopher I. Beckwith nos descubre, recurriendo a multitud de fuentes, la historia de este imperio hasta ahora ignorado. Tanto a través de su influencia directa como gracias a la obra de sus sucesores —entre los que se cuentan los imperios persa e indio y los Qin en China—, los escitas y su imperio modelaron el mundo antiguo de una forma sin parangón hasta entonces, en ámbitos tan variados como el armamento, la vestimenta o el gobierno. Inventores del monoteísmo, su impronta es también patente en la religión y la filosofía, con figuras de talla universal como Zoroastro, Buda y Lao-Tse, todos ellos de herencia escita.
Este no es un libro científico ni es un tratado de administración. Tampoco es un libro de crecimiento. Es un taller de herramientas para ser usadas según se ajusten a las circunstancias. Pueden servir también para evitar momentos inoportunos e incluso para tomar partido por algunas ideas y rechazar otras. La empresa, el trabajo, sus actores, las posiciones asumidas por unos y otros, me sirven de abanico para saltar de tema en tema sin el cuidado necesario de marcar los pasos a ritmo de uno, dos y tres. Aquí se juntan merengues, salsas, baladas y boleros, con tango, rock and roll, paso doble y, sobre todo, con el cambalache de la vida. El cuestionamiento y el clamor bailan el vals de la esperanza, soñando que humanismo y razón se consagren como la orquesta remedio, donde todos toquen, canten y bailen. En algunos tramos viajo a contra marcha, consciente de que mi estandarte desdice el ondear de la mayoría de las banderas.
No toques la espada. No gires la llave. No abras la puerta.
A la joven Saeris Fane se le da bien guardar secretos. Nadie está al tanto de los poderes que posee ni de que lleva toda la vida robando para sobrevivir y escamoteando de los depósitos de la Reina Imperecedera. En una tierra de desiertos implacables hay pocas cosas que una chica no esté dispuesta a hacer a cambio de un vaso de agua. Sin embargo, todo secreto es como un nudo: tarde o temprano está destinado a desatarse.
Cuando Saeris se enfrenta cara a cara con la Muerte encarnada, acaba abriendo sin querer un portal entre reinos que la transporta a una tierra de hielo y nieve. Los faes siempre han pertenecido al territorio de las leyendas, de los mitos, de las pesadillas... pero resulta que son reales. Y Saeris ha aterrizado en medio de un conflicto que lleva en marcha desde hace siglos. Un conflicto que podría costarle la vida.
Saeris, la primera de su especie en poner un pie en las montañas heladas de Yvelia desde hace más de mil años, acaba sellando por error un pacto con Kingfisher, un atractivo guerrero fae que tiene sus propios secretos y perversos planes. Kingfisher está dispuesto a usar la magia alquímica de Saeris para proteger a su pueblo, sin importar el precio que haya que pagar... o quién tenga que pagarlo. La Muerte encarnada tiene un nombre: Kingfisher de Puerta Ajun. Es un guerrero con un pasado turbio y un temperamento repugnante. Pero también es el único modo que tiene Saeris de volver a casa.
Cuidado con los pactos que haces, querida niña. El diablo está en los detalles...
Uno de nuestros mayores retos, estemos conscientes o no, es responder las preguntas: ¿Quién soy? ¿Para qué existo? Para las mujeres, el reto puede aumentar por la multiplicidad de roles que debemos asumir y que desarrollamos casi de forma automática. Walesca nos pone en contacto, de manera cuidadosa, transparente y muy clara, con el valor de transitar hacia la construcción de una identidad verdadera y sólida, con un propósito personal, bajo la dirección de Dios. Ella nos habla desde una narrativa honesta, elocuente y libre, de modo que su relato cobra vida. Sin duda, muchas mujeres serán edificadas con su experiencia que servirá de espejo y motor para encontrar sus propias respuestas.
Me llamo Pelusa y mi vida está a punto de acabarse.
Y no, no hablo de mis siete vidas gatunas.
Me refiero a los mimos, las latitas, la atención y las chuches.
¡UNA CATASTROFE DE MIAU!
¿Que por que lo se? Porque ha aparecido en casa una cosa pequeña y peluda,
átan diminuta que solo puede crearme problemas ENOOORMES.
Voy a tener que enseñarle quien manda aquí.
¡POR MIS BIGOTES QUE SÍ!
¡ÚNETE A PELUSA EN ESTAS AVENTURAS PELUDAS!