NOVEDADES

En Seúl, una mujer asiste a clases de griego antiguo. Su profesor le pide que lea en voz alta pero ella permanece en silencio; ha perdido la capacidad del lenguaje, así como a su madre y la custodia de un hijo de ocho años. Su única esperanza de recuperar el habla es mediante el aprendizaje de una lengua muerta. El profesor, que acaba de regresar a Corea después de pasar media vida en Alemania, se encuentra dividido entre dos culturas y dos lenguas.También él afronta pérdidas: su vista empeora irreversiblemente a cada día que pasa, y convive con el miedo de saber que, cuando llegue la ceguera total, perderá toda autonomía. Con una belleza inusitada, las voces íntimas de estos dos protagonistas se intercalan y se cruzan en un momento de desesperación. ¿Será posible que encuentren en el otro el modo de salvarse, que la oscuridad dé paso a la luz y el silencio a la palabra?

¡Acompaña a Yerri en la clase más divertida del año! Es el último día de cole, un par de horas y? ¡vacaciones por fin! Pero el día empieza mal, Yerri se queda dormido y ¡no ha terminado el trabajo final! Solo le faltaban un par de asignaturas, seguro que puede hacer algo antes de que? Oh, oh, ¿qué es esa luz tan brillante? Ya no está en clase, ¡está en un volcán en activo! Yerri se verá envuelto en un loquísimo concurso donde tendrá que enfrentarse a letras zombies, un circuito imposible, una selva musical? si quiere entregar su trabajo y aprobar el curso. ¡Corre, Yerri, que se acaba el tiempo!

Un libro atípico y sugerente, sin recetas mágicas, salpicado de recuerdos y referencias personales y profesionales, escrito al margen de las modas imperantes y contra la cocina-espectáculo por alguien que permaneció toda la vida pegado a los fogones y que, por encima de todo, sentía un extraordinario amor por la cocina mediterránea. La cocina al desnudo estimuló el diálogo, abrió un debate público sobre el futuro de nuestra gastronomía y agitó las conciencias de una anestesiada ciudadanía que, en muchos casos, y en opinión del autor, parecía haber renunciado a la calidad y al gusto por la comida, porque Santamaría nunca creyó que el fin justificaba los medios, ni en la cocina ni en la vida.

Eliza quiere escribir poesía. Ann sueña con convertirse en cocinera. Sus caminos no deberían haberse cruzado, pero juntas crearán el libro de cocina que revolucionará el siglo XIX. Inglaterra, 1837. El Londres victoriano está en pleno cambio y a las cocinas de todos sus hogares empiezan a llegar especias, frutas y alimentos exóticos, pero las damas inglesas los han puesto en manos de cocineras y chefs extranjeros. Allí vive la señorita Elizabeth Acton, cuya mayor ilusión es publicar su segundo poemario en una prestigiosa editorial. En lugar de un nuevo contrato, recibe de su editor la extravagante sugerencia de escribir un libro de recetas, algo que ella se niega siquiera a considerar. Sin embargo, cuando su padre se ve obligado a huir del país acosado por las deudas y su familia se ve desprestigiada y sin un céntimo, Eliza reconsidera su decisión: junto con Ann Kirby, una joven de familia humilde, se pondrán manos a la obra y, a pesar de la diferencia de clases, darán forma a un libro de cocina que pasará a la historia.

El libro que todo foodie querrá tener en su cocina Con el cariño y la paciencia como base de sus recetas, en La cocina de OctopussBlack encontraréis platos tradicionales con productos de mercado que todos tenemos en casa. Guisos, aperitivos, verduras, carnes y pescados elaborados de forma sencilla con el aroma de siempre. Desde Galicia hasta el Mediterráneo Karlos y Gemma revelan sus trucos para que bordéis las recetas que proponen con ingredientes muy presentes en nuestra gastronomía. Además, os ayudan a planificar la compra y a crear una despensa útil que os facilite cocinar y organizaros.

Janice trabaja como mujer de la limpieza y sabe que solo hay una forma de conocer a la gente: a través de sus historias. En su día a día se rodea de personas peculiares, como Fiona, que acaba de enviudar; Geordie, un cantante de ópera; o la insoportable señora Sísísí y su insólito fox terrier, Decius. Cuando empieza a limpiar para la señora B, una nonagenaria cascarrabias, Janice siente que hay alguien dispuesto a escucharla. Pero tiene claro que, aunque coleccione relatos ajenos, no tiene ninguno que pueda compartir. Sin embargo, la señora B sabe que Janice oculta algo. Al fin y al cabo, ¿no tenemos todos una historia que contar?