Presentamos íntegras por primera vez las anotaciones del diario del gran cronista Victor Klemperer sobre sus experiencias cinematográficas en los inicios de la era del cine sonoro. Desde el principio, el cinefilo es testigo de cómo la innovación tecnica se abre paso en la Alemania de 1929, y aunque inicialmente fue crítico con las películas sonoras, pronto cayó rendido ante las posibilidades de este nuevo formato. No era raro que viera varios filmes por semana. Sin embargo, los nacionalsocialistas se fueron apoderando del medio, y Klemperer acabará por quedar excluido de las salas de cine cuando en 1938 se prohíbe la entrada a los 'no arios'. Afortunadamente, ni siquiera eso pudo mantenerlo alejado de su gran pasión. Obligado a una existencia en la sombra, Klemperer experimentó momentos de luz ante la gran pantalla: 'Tanta música, humor, arte interpretativo y todo.
Si hubiera tenido más tiempo, hubiera escrito una carta más corta», afirmó Pascal. Hoy lo breve nos invita, en medio de una sociedad enferma de frenesí, a detenernos: ante el epitafio enigmático de una lápida, ante el aforismo que sugiere sin decir, ante la pancarta que nos golpea con el alma de su lucha.
Una mariposa nace, vive y muere en apenas unos días. Aunque efímero, contemplamos su vuelo con asombro. Y el aleteo de sus alas, como dice el proverbio chino, «se puede sentir al otro lado del mundo». La tesis de este libro es sencilla: lo breve entraña lo profundo.
Somos inteligentes en virtud de los errores, de las deformaciones que nos forman. Partiendo de esta verdad común, la inteligencia artificial generativa no es criticable por sus defectos circunstanciales, sino por su voluntad estructural de perfección. El diseño elegante de cualquier dispositivo sugiere una fluidez libre de sangre. Esta pretensión de limpieza, en un mundo desgarrado, es en sí misma despiadada. La forma suave de los aparatos, igual que las proclamas angelicales de bondad corporativa en el capitalismo de plataformas, no oculta únicamente el sufrimiento de seres explotados. La promesa tecnológica tapa también algo más cercano y de lo que no se habla, un enmudecimiento anímico que apenas tiene precedentes. No olvidemos que la moda de la fusión oculta la fisión: se trata de acabar con cualquier grumo de singularidad a favor del esencialismo serial, construido y consumible.
113 arquitectos que determinarán el estilo de nuestras ciudades durante los próximos 30 años. Tendencias docentes, teóricas y estéticas del ejercicio profesional de la arquitectura en todo el mundo. Con este libro podrá valorar lo buenas que son en realidad estas jóvenes estrellas. Son profesionales para quienes las antiguas categorías ya no son válidas, y para los que la modernidad ya no es la ortodoxia. Debido a que el papel que desempeñan los arquitectos en las ciudades está en continuo cambio, esta hornada de jóvenes arquitectos ejerce trabajos muy variados, de ahí que entre ellos haya escritores, críticos, comisarios de exposiciones, diseñadores de moda, programadores informáticos, promotores inmobiliarios y constructores. La obra de cada arquitecto, escogida y descrita desde una perspectiva crítica, se examina en detalle para revelar los enfoques que cristalizarán en los próximos años y décadas.
Pocas cosas suscitan hoy tanto interés como el humor, tal vez porque lo echamos mucho en falta en una sociedad generalmente seria y malhumorada, incapaz de elevarse sobre las cosas con la fina distancia y el placer inteligente que ofrece el humor, capaz de hacernos ver lo oculto, desnudar lo solemne y señalar lo falso. Una categoría, el humor, cuyo carácter y definición se persiguen en este libro (a sabiendas de que es imposible) transitando por libros y autores que le han prestado atención e intentando hacerlo, también, con cierto humor. Un humor que se distingue de lo cómico, lo gracioso o del puro chiste y se convierte en una auténtica posición ante la vida. Algo que tiene más que ver más con el corazón que con la cabeza, como nos recuerda Wenceslao Fernández Flórez, miembro de la generación más brillante de humoristas españoles, un autor que se reivindica y al que se sigue en el desarrollo de este libro. Un humor, por fin, que se rebela frente a la rigidez y el automatismo, como señala Bergson, y que ofrece el consuelo al abatido yo por las penalidades que nos inflige la vida, como no escapó a Freud.
El asesino en serie más brutal de la historia de Argentina se hacía la ilusión de que realizarían una película basada en su vida, dirigida por Quentin Tarantino y protagonizada por Leonardo DiCaprio. Su caso, como tantos otros tratados en Los impostores, muestra una descomunal necesidad de reconocimiento. Estas extrañas y aberrantes formas de hacerse visible ante los demás surgen en un momento en que las palabras parecen insuficientes para proporcionar la conciencia de tener un lugar en el mundo. La principal carencia de estas vidas tiene que ver con una merma en su facultad de hablantes. Su propio lenguaje se muestra limitado a la hora de dar un sentido a sus vidas.