Cuando la libertad es el destino, la música es la mejor compañera de viaje.
Agosto de 1969
Sybile espera que su novio regrese de Vietnam para casarse con él, Gabriel tiene un trabajo de verano mientras espera su llamada a filas y Sky se ha fugado de casa.
Son tres desconocidos cuyas vidas se entrecruzan de tal modo en el festival de Woodstock que ya nada volverá a ser igual para ellos.
Octubre de 2002
Dustin, director de cine, quiere llevar a la gran pantalla la historia de «La chica de Woodstock». Participar en un proyecto así es un sueño para su amiga Lennon. Sin embargo, aceptar significa también reencontrarse con Erick, el compositor de la banda sonora, la persona que juró no volver a ver jamás.
Son tres amigos cuyas vidas vuelven a coincidir para descubrir secretos inesperados tras esta historia que cambiará sus vidas para siempre.
¿Y si el secreto de la productividad no fuera la disciplina, sino la alegría? En el imaginario común, el trabajo duro es sinónimo de éxito. Solemos trabajar hasta la extenuación y acabar agotados sin ser capaces de identificar el fallo. El Dr. Ali Abdaal ha encontrado la forma de ser más productivo y disfrutar de la vida en el camino. Basándose en las investigaciones en psicología y neurociencia, descubrió que el secreto no es hacer siempre más, sino cultivar una sensación de bienestar. Su revolucionario método, Productividad Feel-Good, permite implantar cambios sencillos y factibles para conseguir más y vivir mejor, empezando hoy mismo.
La filosofía antigua como guía para vivir en plenitud.
Hoy en día, la búsqueda de la felicidad es una de nuestras obsesiones, hasta tal punto que muchas personas han llegado a pensar que se trata sólo de una palabra vacía. Ante la multiplicación de libros de autoayuda que
prometen la felicidad instantánea, muchos piensan que es más importante ser justo, solidario, decente, virtuoso o seguir los preceptos de una religión o una propuesta espiritual, moral o política. Sin embargo, los filósofos griegos y latinos, a pesar de discutir acerca de cualquier asunto humano o divino, estaban de acuerdo casi sin excepción en una cosa: el sentido de la vida debe ser la búsqueda de la felicidad.
En este libro conoceremos siete maneras de buscar la felicidad según los pensadores de la antigua Grecia (y algún romano). Sabremos qué pensaban de la felicidad escuelas rivales como las de los estoicos, los epicúreos, los hedonistas o cirenaicos, los aristotélicos o peripatéticos, los platónicos o los escépticos.
«Controla tus pensamientos». «El dolor es temporal». «La felicidad depende de ti». ¿Te suenan? En los últimos años, la gente se ha tirado en plancha sobre las enseñanzas de los grandes pensadores del estoicismo. Pero ¿seguro que Marco Aurelio es oro puro para el arte de vivir?
Decidido a arrojar una perspectiva más rebelde, sin paños calientes, Victor Amat reinventa las Meditaciones en clave punk con su propio libro de aforismos al estilo de los antiguos. Y lo hace a través de un compendio de pensamientos y reflexiones para aprender a apañar nuestras mierdas en el día a día, lejos de la moda del estoicismo y el pensamiento positivo.
Un ardiente romance en el mundo de la mafia sobre dos personas unidas por una deuda que debe ser cobrada cueste lo que cueste. Hace cinco años mi prometido desapareció. Me dejó plantada con un vestido de novia que nunca usé y el tipo de cicatrices que no se pueden curar. El hombre con el que quería construir un futuro se evaporó como un fantasma. Lo único que me dejó fue el corazón roto y un millón de preguntas sin respuesta. Hasta que un misterioso desconocido llega a la ciudad. Alto, moreno, peligroso y sexy, Kage está lleno de secretos. Aunque sé que oculta algo, me atrae como las llamas a una polilla. La tensión sexual vibra entre nosotros con cada mirada, un deseo tan desbordante de pasión que me veo incapaz de resistirme a él. Pero entonces descubro que lo han enviado a cobrar una deuda pendiente de mi prometido desaparecido… Y esa deuda soy yo.
También yo quería entrar en el mundo real, y por un momento lo logré. Los dos caballos salvajes que estaban frente al Chevrolet Avalanche se pusieron a girar como en un carrusel, y con ellos el de Cornelie, el caballo negro de Franquito y otros caballos que formaban parte de mi pasado. Pensé -solo por un momento, ya lo he dicho- que aquella era la imagen de mi vida, y que me sería fácil poner junto a los caballos, o en su lugar, criaturas humanas: la mujer que leía Reader's Digest, el hombre que en el hospital se sentía enjaulado como un mono, José Francisco, Didi, Adrián, L., yo mismo, Ángela, Izaskun, Sara... Una vuelta, dos vueltas, tres, cuatro, y así hasta que el carrusel se parase. Pero ¿dónde estaba el centro? ¿Dónde el eje en torno al cual giraba todo?»