Una audaz y maravillosa reflexión sobre cómo algunos animales sienten el entorno y cómo su percepción abre nuevas formas de apreciar lo que nos rodea.
Richard Dawkins sugería que podemos ver el mundo de manera inusual para recuperar la sensación de estar en un mundo nuevo, y eso es lo que nos invita a hacer esta exploración de la herencia evolutiva de los sentidos. A través de trece ejemplos conoceremos un modo asombroso de captar el entorno y aprenderemos sobre nuestra propia percepción. Los seres sintientes con los que compartimos el planeta nos enseñan una forma renovada de advertir lo que nos rodea, y conociendo sus historias accederemos a una vivencia del mundo fascinante.
Maisie Jones usa un par de gafas diferentes cada día, ama las novelas policíacas y su trabajo como médica residente en el Hospital Whitestone, el cual no quiere perder. No por su asma y definitivamente no por Grant Masterson: el enfermero que sonríe cada vez que la ve y que logra que se le acelere el pulso. Pero es que Maisie nunca pensó mucho en el amor, hasta ahora. Y cuando decide finalmente permitirse sentirlo, podría ser ya demasiado tarde...
Clay Johnson tiene un cuerpo de infarto y una sonrisa que te detiene el corazón... Como coordinadora de Relaciones Públicas de su equipo de fútbol universitario, solía ser el jugador más fácil de abordar, hasta que su novia rompió con él y se convirtió en mi mayor dolor de cabeza.
Cuando me pilla derrumbándome frente al tío que me gusta, Clay se encarga de tramar un plan absurdo: él me ayudará a llamar su atención mientras finjo ser su novia para poner celosa a su ex.
Sin embargo, conforme pasamos más tiempo juntos, más me cuesta distinguir lo falso de lo real y, en particular, no puedo negar el modo en que mi cuerpo reacciona cada vez que me toca.
Pusimos unas reglas claras. Implementamos unas barreras. Pero dicen que las reglas se hicieron para romperse. Y, al parecer, los corazones también.