La correspondencia de los Lósev es un documento excepcional sobre la vida cotidiana en el Gulag: el frío, el hambre, el trabajo general, los criminales, los traslados, las incesantes gestiones para obtener la revisión de la sentencia, la oscuridad, la humedad, las literas estrechas, la vida en barracas donde los hombres se hacinan como arenques... En lo más profundo de este infierno dos voces resuenan, formando una sola. La primera se rebela, se muestra alterada, en búsqueda de una serenidad difícil de encontrar. La segunda voz, sin embargo, es suave, regular, tierna, íntima. Valentina Loseva solo busca consolar el alma agotada de su compañero. La correspondencia de los Lósev no fue publicada íntegramente en Rusia hasta 2005. Por tanto, es una oportunidad única para conocer el alma de un gran intelectual y buscar con él la esencia del ser humano.
Bryce Quinlan tenía la vida perfecta, trabajando cada día y saliendo cada noche, hasta que un demonio asesinó a sus amigos y la dejó vacía, herida y sola. Cuando el acusado está entre rejas, pero los crímenes continúan, Bryce hará lo que sea para vengar sus muertes.
Hunt Athalar es un ángel caído, esclavo de los arcángeles a los que una vez intentó destronar. Sus brutales habilidades sirven ahora para un solo propósito: acabar con los enemigos de su dueño. Pero entonces Bryce le ofrece un trato irresistible: si la ayuda a encontrar al demonio asesino, su libertad estará al alcance de su mano.
Mientras Bryce y Hunt investigan en las entrañas de Ciudad Medialuna, descubren dos cosas: un poder oscuro que amenaza todo lo que desean proteger y una atracción feroz que podría liberarlos a ambos.
uando una carta anónima anuncia que durante la misa del Día de Difuntos se cometerá un crimen en Saint-Fiacre, el pueblo natal de Maigret en Bretaña, el comisario debe regresar a sus orígenes para evitarlo.
Al terminar la misa una feligresa ha muerto, como se había anunciado. Y Maigret, a pesar de haber estado presente y atento, no ha visto absolutamente nada que le permita saber quién o quiénes han cometido el crimen.
Con sus habituales paciencia y perspicacia, el comisario deberá internarse en los secretos de toda una comunidad, un mundo en vías de desaparición donde la pequeña noblesa local pretende dictar la ley sin miramientos ni compasión.