En Petirrojo, Hole se enfrenta al ambiguo legado histórico de Noruega durante la Segunda Guerra Mundial, asesinatos actuales ligados a neonazis, y un misterioso personaje conocido como «El Príncipe». Entre Oslo contemporáneo y las trincheras de Leningrado, secretos del pasado emergen para golpear el presente, mientras Harry lucha contra sus propios demonios, el alcohol y el error que lo marcó.
En Némesis, el suspense da un giro más íntimo y perturbador: tras una llamada desesperada, Harry amanece con una resaca de la que no recuerda nada… y descubre que una antigua novia aparece muerta. Con la investigadora Beate Lønn a su lado, deberá resolver un crimen lleno de pistas falsas, culpabilidad, engaños y traiciones dentro y fuera del cuerpo policial.
La estrella del diablo lo lleva al borde: una ola de calor abrasador en Oslo, cadáveres con rituales macabros, un dedo amputado, diamantes rojos con forma de estrella, y la tensión entre Harry Hole y su enemigo íntimo, Tom Waaler. En medio de su caída personal, alienado y al borde de perderlo todo, Hole debe desenredar un asesino en serie cuyo rito funesto podría estar conectado a sus peores fantasmas y al crimen impune.
Mara se había propuesto no volver a Ilya. Pero cuando el rey toma una decisión trascendental, ella recupera el interés, y la muerte está decidida a comprender la mente de Kitt Azer, siempre que él esté dispuesto a encontrarse con ella en El Mors.
Pasar tiempo con el rey mientras observa a los habitantes del castillo le recuerda a Mara que la vida es mucho más que la muerte. Existe el amor. Pero incluso las intenciones más puras acaban llevando a la venganza y a la búsqueda del poder. Y ninguno de ellos podrá escapar de su destino: vivir, gobernar, amar y, sin duda, morir…
Revisita las aventuras de Heidi, una niña curiosa y sensible con una historia conmovedora.
Heidi, una inocente niña de cinco años, da una magnífica lección de fidelidad a uno mismo, de perseverancia, de generosidad, de fe en el futuro, de amor a los demás y a la naturaleza. En el mundo convulso en el que vivimos, los «supervalores» de Heidi resultan imprescindibles.