¿Qué diablo de Dios es este que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín? Si en El evangelio según Jesucristo José Saramago nos dio su visión del Nuevo Testamento, en Caín regresa a los primeros libros de la Biblia. En un itinerario heterodoxo, recorre ciudades decadentes y establos, palacios de tiranos y campos de batalla de la mano de los principales protagonistas del Antiguo Testamento, imprimiéndole la música y el humor refinado que caracterizan su obra. Caín pone de manifiesto lo que hay de moderno y sorprendente en la prosa de Saramago: la capacidad de hacer nueva una historia que se conoce de principio a fin. Un irónico y mordaz recorrido en el que el lector asiste a una guerra secular, y en cierto modo, involuntaria, entre el creador y su criatura.La crítica ha dicho... «Saramago elabora en Caín no la tan cacareada crónica de un desencuentro personal con la religión, sino una parábola de comprensión humana.» Francisco Martínez Hidalgo «A pesar de su edad, Saramago nos demuestra con Caín que es capaz de seguir ofreciendo a sus lectores obras atractivas, que buscan llegar a la médula de nuestros conflictos más acuciantes.» Javier Munguía
Partiendo de hechos reales, con un depurado discurso narrativo que incluye cartas, documentos legales, deposiciones jurídicas, testimonios, declaraciones y artículos periodísticos, en esta novela detectivesca, cuya trama mantendrá en vilo al lector, Sergio Ramírez logra un vívido retrato de una sociedad y de una época. León, Nicaragua, 1933. Martha, la esposa del joven Oliverio Castañeda, muere repentinamente. La familia de don Carmen Contreras invita a Oliverio a vivir con ellos, y pocos meses después mueren Matilde, la hija mayor, y luego don Carmen. Algo hay de sospechoso en esas muertes, por todo León se murmura que Oliverio podría estar involucrado. Pero eso no es todo: el dictador guatemalteco Jorge Ubico entrará en escena con dedo acusador. ¿Es posible llegar a la verdad en una investigación criminal? Mariano Fiallos, inexperto Juez del Distrito para lo Criminal con un impecable sentido de la justicia, deberá intentar que esta prevalezca ante una enmarañada madeja de venganzas políticas, prejuicios sociales, amenazas e intereses económicos. Galardonada con el Premio Dashiell Hammett, esta novela detectivesca escrita a partir de hechos reales, es el vívido retrato de una sociedad y de una época.
«Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.» Con estas palabras empieza una novela legendaria, una de las aventuras literarias más fascinantes del siglo XX. La familia Buendía-lguarán, con sus milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldías, descubrimientos y condenas, representa al mismo tiempo el mito y la historia, la tragedia y el amor del mundo entero.
Mito por derecho propio, saludada por sus lectores como la obra en español más importante después de la Biblia, Cien años de soledad cuenta la saga de la familia Buendía y su maldición, que castiga el matrimonio entre parientes dándoles hijos con cola de cerdo. Como un río desbordante, a lo largo de un siglo se entretejerán sus destinos por medio de sucesos marvillosos en el fantástico pueblo de Macondo, en una narración que es la cumbre indiscutible del realismo mágico y la literatura del boom. Alegoria universal, es también una visión de América Latina y una parábola sobre la historia humana.
En medio de la noche, alguien llama por teléfono a Daniel Quinn, un escritor de novelas policíacas que firma bajo pseudónimo y que, descorazonado, ha renunciado a su carrera como poeta. La voz al otro lado de la línea pregunta insistentemente por un investigador, un tal Paul Auster, y quiere encomendarle una misión. Como si se tratara del protagonista de una de sus novelas,Quinn decide dejarse llevar por la casualidad, y asumir la identidad de detective, como si te tratara del protagonista de una de sus novelas.Las pesquisas le llevarán hasta Stillman, un curioso personaje que requiere protección para salvar su propia vida. Para ello el detective se perderá en el laberinto de la realidad y de las calles de Nueva York.Con Ciudad de cristal, la inauguración de La trilogía de Nueva York, Paul Auster reinventó el género policiaco con una aventura quijotesca y un diálogo sobre la identidad y la realidad contemporáneos.
Los personajes que habitan esta novela son lectores o están en camino de serlo.
Lectores como yo, tú, ella, ellos. Como nosotros. Cómplices en la mayor y más grande de todas las aventuras.
Julián ha luchado contra el aburrimiento de todas las maneras posibles. Desde que le diagnosticaron hepatitis, ha recreado en su cabeza conversaciones imaginarias entre ostras que no tienen nada que hacer, ha buscado formas fantasiosas en las manchas de la pared, ha lanzado mocos al aire.
Pero es feliz porque no tiene que ir a la escuela. Y por nada del mundo se acercará a los libros: no leerá, no escribirá reportes, no pensará en la tarea. ¡Por supuesto que no!
Por su parte, Isa no se detendrá hasta encontrar a las heroínas de la literatura que le ayuden a demostrar que para celebrar sus quince años no es necesario que haga dieta y se ponga un vestido que jamás volverá a usar.
Pero en estas páginas también aparecen ágiles espadachines, monjes detectives, replicantes muy humanos y niños perdidos en islas desiertas que saben bien que leer es un modo de resistir.
El relato, íntimo y personal, de un hombre que nunca llegó a conocer a su mujer.
Yoel Raviv, agente del Mosad, acaba de enviudar y decide abandonar su profesión y alquilar una casa en las afueras de Tel Aviv para empezar una nueva vida junto a su hija, su madre y su suegra. Pero este período de paz se ve truncado cuando Yoel descubre que, en verdad, no sabía nada de su esposa.
Empieza, así, un duro camino en el que tendrá que asumir que realmente nunca ha escuchado a ninguna mujer de su familia. Despues de toda una vida sacando a la luz los secretos de los demás, se ve obligado a mirar hacia atrás, a las mentiras que el mismo ha dicho, al sombrío enigma de la vida y la muerte de su mujer, a sus años al servicio del Estado y a la misteriosa conducta de su hija.
Universidad de Princeton, Nueva Jersey, 2015. Durante un semestre, Mario Vargas Llosa impartió junto a Rubén Gallo un curso sobre literatura y política. Ambos conversaron con los alumnos sobre teoría de la novela, y sobre la relación del periodismo y la política con la literatura, a través de cinco obras del autor: Conversación en La Catedral, Historia de Mayta, ¿Quién mató a Palomino Molero?, El pez en el agua y La Fiesta del Chivo. En estas conversaciones, el Nobel, con su brillantez acostumbrada, habla del oficio de escritor y de los retos a los que se enfrenta en la construcción de sus novelas, pero también ofrece un análisis inteligente de la actualidad. Es especialmente conmovedora la charla con Philippe Lançon, periodista del Charlie Hebdo que sobrevivió al atentado islamista perpetrado ese mismo año. Tres perspectivas complementarias confluyen en este libro: la del autor, que desvela el proceso creativo de sus novelas; la de Rubén Gallo, que analiza las distintas significaciones que las obras de Vargas Llosa cobran en el momento de su difusión, y la de los alumnos, que con sus reflexiones y preguntas dan voz a los millones de lectores de Vargas Llosa.
Crímenes plantea el fascinante tema de la escurridiza verdad en los procesos criminales y reflexiona sobre el sentido del castigo.
Esta serie de relatos basados en la experiencia profesional del autor, un reputado jurista alemán, se convirtió en uno de los mayores éxitos editoriales de los últimos años en Alemania. Además de obtener el prestigioso Premio Kleist, Crímenes mereció un torrente de elogiosos comentarios de la crítica y ocupó durante casi un año las listas de libros más vendidos.
Cerca de setecientos casos desde que inició su carrera de abogado penalista en Berlín son el bagaje de vivencias que Von Schirach ha transformado, con un aguzado instinto narrativo, en una obra literaria de atmósfera cautivadora.
El lenguaje sobrio y conciso de la búsqueda de la verdad judicial subraya la atención que Schirach fija en los crímenes cometidos por individuos corrientes, dejando que los hechos expongan la realidad con toda su crudeza.
Profundamente original, revelador y lleno de matices, Crímenes nos habla con proximidad del ser humano, de su miseria y también de su grandeza.
«El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo».
Acaso sea Crónica de una muerte anunciada la obra más «realista» de Gabriel García Márquez, pues se basa en un hecho histórico acontecido en la tierra natal del escritor. Cuando empieza la novela, ya se sabe que los hermanos Vicario van a matar a Santiago Nasar -de hecho, ya le han matado- para vengar el honor ultrajado de su hermana Ángela, pero el relato termina precisamente en el momento en que Santiago Nasar muere.
El tiempo cíclico, tan utilizado por García Márquez en sus obras, reaparece aquí minuciosamente descompuesto en cada uno de sus momentos, reconstruido prolija y exactamente por el narrador, que va dando cuenta de lo que sucedió mucho tiempo atrás, que avanza y retrocede en su relato y hasta llega mucho tiempo después para contar el destino de los supervivientes. La acción es, a un tiempo, colectiva y personal, clara y ambigua, y atrapa al lector desde un principio, aunque este conozca el desenlace de la trama. La dialéctica entre mito y realidad se ve potenciada aquí, una vez más, por una prosa tan cargada de fascinación que la eleva hasta las fronteras de la leyenda.