Corre el año 1892. Argentina es una nación joven, pero se encuentra entre las más pujantes y desarrolladas del mundo. Dos misteriosos agentes de la policía federal llegan al pueblo de Quequén, en la costa atlántica, para ayudar a resolver un crimen. Dos niños han sido degollados y su madre, viva, aunque en estado catatónico, es la única testigo del hecho.
Uno de los agentes es Juan Vucetich, un inmigrante de origen croata que trae un método innovador: la dactiloscopia, una disciplina que permite identificar inequívocamente a una persona por el relieve único de las crestas capilares de los dedos de la mano. Si lograran resolver un crimen tan horroroso gracias a este procedimiento, Argentina tomaría la delantera geopolítica con un logro revolucionario para la administración de los países.
Una novela de intriga histórica, con la construcción del acueducto de Segovia como telón de fondo, que nos permite conocer la Hispania romana del siglo I.
Lucio, retirado en Roma, recibe el encargo de viajar a Segovia para continuar con la construcción del acueducto tras el asesinato de su maestro Arístides, quien se encargaba de ello, y de paso averiguar quien acabó con su vida. Lucio emprenderá así una aventura en los confines del Imperio, pero no solo para culminar una de las obras maestras de la arquitectura de todos los tiempos, sino también para tratar de hallar los asesinos del maestro.
Para ello tendrá que enfrentarse al poder político y económico, a los fanatismos y la pobreza de los sometidos. Y también encontrará una mujer diferente de todas las demás: una docta mujer albina. Intentará hacer justicia en un mundo convulso, lleno de contrastes y peligros, y aprenderá, en carne propia, a responder una cuestión fundamental que le planteó su maestro:
«Más que preguntarte quién eres, procura contestar a la pregunta: ¿Qué es lo que soy capaz de hacer?»
Los arcos del agua, ambientada en la Hispania del siglo I, es una historia trepidante y conmovedora que va mucho más allá del thriller histórico para ofrecer una lección de vida, un canto a los valores éticos de la cultura clásica, un legado del pasado actualizado en una novela que no se parece a ninguna otra.
La historia de dos diplomáticos que, guiados por sentimientos humanitarios, acabaron conviertiéndose en héroes.
El periodista Diego Carcedo, premio Espasa de Ensayo por Entre Bestias y Héroes, ahonda en la heroica peripecia de dos diplomáticos, el español Eduardo Propper de Callejón y el portugués Aristides de Sousa Mendes, ambos cónsules en Burdeos durante la II Guerra Mundial.
Este libro es una auténtica encrucijada en la que se dan cita el ritmo de una interesante novela, la mejor divulgación histórica y una necesaria investigación periodística. De la mano de un periodista español anónimo, al que su periódico de Madrid envía como corresponsal a Burdeos a principios del verano de 1940, el lector se sumerge en una ciudad tomada por miles de personas huyendo caóticamente del avance nazi.
En esa turbamulta, los judíos encontraron dos inesperados aliados en los cónsules de España y Portugal quienes, anteponiendo sus principios a los dictados de sus respectivos gobiernos, el de Franco en Madrid y el de Salazar en Lisboa, se dedicaron incansablemente a facilitar la huida de miles de judíos. En ese momento, su actuación les acarreó duras consecuencias personales. La posteridad, sin embargo, honra su memoria.
La historiadora y escritora Patricia Cerda debuta en la novela con un texto que no es solo un viaje al pasado de una mujer con agallas, sino tambien un viaje al pasado de un país contradictorio, trágico y bello al que llamaron Chile.
"He aquí las confesiones de una cautiva del reino de Chile. Cautiva como lo fue mi madre, como lo fue tambien mi hermano menor, como lo fueron muchos españoles entre los míos y muchos de los míos a este lado del mundo. Los cautivos, sus hijos y sus nietos están por todas partes en el reino de Chile. Son, somos el lado oscuro de la vida cotidiana. La vida es un viaje entre la nada y la nada. Yo nunca olvide mi viaje en ese equipaje. Desde que me tomaron en Lanalhue encarne dos mundos y este es mi testimonio. Fui cautiva, panadera, encomendera, monja, cantora y últimamente samaritana y cronista de mi propia vida. Todos estos roles me cayeron del cielo. No fui yo quien los eligió."
Un thriller histórico escrito por el autor de Los ríos de color púrpura.
Berlín, vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Las despreocupadas esposas de los altos mandatarios del régimen nazi se reúnen para beber champán en el Hotel Adlon. Cuando empiecen a aparecer asesinadas de forma macabra a orillas del río Spree o cerca de los lagos, la policía pondrá el caso en manos de tres individuos singulares: Franz Beewen, un policía brutal y despiadado de la Gestapo; Mina von Hassel, una psiquiatra prestigiosa, y Simon Kraus, el psicoanalista que trataba a las víctimas. Con todo en su contra, este grupo deberá seguir los pasos del Monstruo y destaparán una verdad insospechada. Porque, a menudo, el mal se esconde tras la más inesperada de las fachadas.