Es de noche y en el puerto de Barcelona un guardia hace su ronda cuando su pastora alemana se para en seco a olfatear desesperadamente un contenedor. Al llegar, los mossos d’esquadra hallan en su interior a una mujer en posición fetal, inconsciente y deshidratada. Tiene una brecha en la sien, quemaduras en la cara y el cuerpo, y no recuerda quién es ni cuál es su lengua materna, pero está viva. Mientras se recupera en el Hospital Clínic, un hombre intenta asesinarla. La inspectora Anna Ripoll, experta en trata de mujeres, parece haber dado con su identidad y su dirección: Alicia Garone; 19, rue du Chariot, Lyon. En la ciudad francesa el inspector Erik Zapori busca el modo de librarse de la investigación a la que asuntos internos lo está sometiendo por delitos de corrupción y proxenetismo. Nada mejor que viajar a España a ayudar en la resolución de un caso, aunque puede que este sea el más complejo de su vida.
«Schubert: una criatura pintada en óleo sobre cobre, un hombre que despierta la sed en quienes lo miran, un personaje de cuyo pecho parte el kilómetro cero de una isla que la intérprete se propuso contar, aunque del intento quedara, apenas, este puñado de sal. Bienvenidos a la isla del doctor Schubert».
En este relato de imaginación desbordante y gran belleza, Karina Sainz Borgo mezcla la realidad con lo fantástico y el mito para levantar, con una prosa cuidadísima y muy poética, un mundo nuevo centrado en una isla imaginaria donde habita el doctor Schubert, medio médico y medio aventurero.
Entre los trastos viejos de una buhardilla, en el interior de un reloj adquirido a un anticuario, o cualquier día de invierno en el patio de un apacible internado, lo Extraordinario o Innombrable acecha en silencio desde su discreto escondite. Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal son una flagrante incitación al viaje. Un viaje por los caminos de la memoria, por misteriosos espacios en los que "se está sin estar", por mundos cotidianos cuyos límites no son tan claros y estrictos como pudiera parecernos en un principio.
Temblor surgió de un tembloroso interrogante de la autora: ¿qué pasaría si hubiera un mundo que sólo existiera si alguien lo pensase? Pensó entonces Rosa Montero un mundo agobiante, controlado por el poder de un Estado omnipresente y una religión engarzada por dogmas de hierro. Un país y unos personajes del futuro que quizás estén esperándonos.
Sobre las rumas de la Gran Catástrofe, Agua Fría emprende una larga búsqueda para alcanzar la libertad. Para ello debe liberarse del temor y de las tentaciones que le presenta un orden jerarquizado y siempre capaz de provocar nuevos desastres. Iniciada como sacerdotisa del supremo poder, Agua Fría defiende su integridad interior para sobrevivir a las atrocidades y a la disciplina.
Puerto Rico, 2017. Apenas una semana después de restablecida la electricidad, las noticias alertan de la llegada de un segundo huracán, más potente que el anterior. Propensos a la inexactitud y la exageración, los reportes meteorológicos esta vez parecen ser reales. Han pasado muchos años desde que un huracán con un potencial tan destructivo azotó la Isla. Si Irma la había dejado una semana sin luz, ¿qué podrá esperarse ahora de María?… En Antes que llegue la luz, Mayra Santos-Febres evoca aquellos momentos que, como los huracanes, llegan con sus vientos de incertidumbre para partir la vida en dos y revelar nuestra condición vulnerable; momentos en que, a su vez, aflora la capacidad para reinventarse como último recurso para sobrevivir.
Un acontecimiento literario: los demoledores diarios y cuadernos de una escritora que en vida fue muy celosa de su intimidad.
Patricia Highsmith, que en vida se ganó fama de misántropa y mantuvo un aura de secretismo sobre su vida privada, al morir dejó unos diarios y cuadernos personales guardados entre la ropa en un armario. Su editora, Anna von Planta, se ha sumergido en las más de ocho mil páginas de anotaciones y ha realizado una meticulosa selección, que ahora sale por fin a la luz. Sin duda, un acontecimiento literario.
Aflora aquí la persona detrás de la escritora, con todas sus complejidades y contradicciones. La autora da rienda suelta a contundentes opiniones –no exentas de polémica–, aborda episodios cruciales de su vida y nos permite también adentrarnos en la «cocina» de su universo literario y comprobar que su más célebre creación, el sociópata Tom Ripley, es el fruto destilado de sus demonios interiores.
Estos textos recorren toda la vida de Highsmith, desde su época de estudiante hasta sus últimos años en Suiza, y nos permiten acompañarla en las dudas juveniles sobre su identidad sexual, en las noches sin fin del Greenwich Village neoyorquino de los años cuarenta –de copas con personajes variopintos como Judy Holliday y Jane Bowles–, en los primeros atisbos de su vocación literaria y el temprano éxito de Extraños en un tren –llevada casi de inmediato al cine por Alfred Hitchcock–, en su paso por la colonia de artistas de Yaddo –en compañía de Chester Himes y Flannery O’Connor–, en su prolija y convulsa vida amorosa, en la publicación de su novela de amor lésbico El precio de la sal –después retitulada Carol– con seudónimo para esquivar el escándalo, en su decisión de marcharse a Europa, en su afición al alcohol...