“Él es el único que hace palpitar mi corazón y bombear mi sangre. El único que enciende mis venas con un calor abrasador, como si la leña estuviera ardiendo en mi interior. Es todo por él. Para él”
Dolor. Siempre había dolor.
De alguna u otra manera las noches de Trish Trainor se convertían en su peor pesadilla. Su padre la usaba como saco de boxeo, la mantenía encerrada en su propia casa para complacer sus deseos de control, fingiendo que tenía todo el derecho de tratarla como basura desde que su madre murió.
Estaba acostumbrada a ello.
Sin embargo, cuando el problema empeoró fue su pequeño hermanito quien la salvó de ser devastada en mente, cuerpo y alma. Tuvieron que correr, era su única opción o su padre arremetería contra Devan. Era solo un niño.
Así que lo hicieron, y solo bastó una caída y una enorme herida en su pierna para aterrizar en la vida de su vecino.
Jaxon Daniels fue testigo de cómo lentamente sus padres se destruían a sí mismos. De cómo la droga y el alcohol los empujaban a una inminente destrucción, convirtiéndolos en cáscaras vacías que deambulaban y apenas se alimentaban. Lo dejaron solo a cargo de todo, de su hermanita en muletas y el recuerdo de su gemelo fallecido a la edad de seis años. Sin ningún asomo de apoyo o cariño, sus padres lo abandonaron cuando apenas era menor de edad.
Jaxon Daniels cuidó de su hermanita por sus propios medios, sin pedir ayuda. Hizo cosas de las que nunca antes se había creído capaz y, con el máximo esfuerzo posible, salió adelante.
Pero ahí estaba ella, un alma tan desesperada como la de él, que buscaba ayuda.
Entonces, la repentina reaparición de Trish Trainor en su vida cambió todo y ahora tenían que vivir escondidos para que el padre de Trish no sospechara. Jaxon Daniels fingió llevar una vida normal mientras sus sentimientos por la exniñera de su hermanita crecían y los peligros de tenerla en su casa crecían cada vez más.
Los protegería. Eran suyos, su familia.
Y todo lo que pudo hacer Jaxon fue zambullirse en el laberinto, en busca de una salida de la miseria que llevaba en su alma rota y la salvación de las personas que amaba.
Trilogía Mío #2
¿PUEDES ESCAPAR DEL PASADO?
«—¡Eres un monstruo! —Solo por ti».
Tobias King ha pasado la mayor parte de su vida en las sombras. Es un lobo solitario, un ladrón, y ni siquiera él negaría que es un villano. Como el enigmático líder de la banda de justicieros conocida como Ravenhood, su propósito siempre lo ha conducido por una única senda: la de la venganza.
Pero se ve obligado a detenerse en seco cuando se interpone en su camino la única mujer que podría destruirlo todo. Sabe que dejarse consumir por Cecelia Horner tendrá consecuencias terribles.
Sin embargo, Tobias es un luchador nato y está decidido a tenerlo todo: justicia y a la mujer a la que ama.
Aitana tiene las cosas claras, los pies en la tierra y una meta muy precisa: su carrera. No cree en el amor a primera vista y ni siquiera entra en sus planes enamorarse. Por eso no entiende cómo unos cimientos fuertes pueden tambalearse tan rápido cuando reaparece en su vida el maldito Daniel con una aplastante seguridad en sí mismo y bastantes ganas de sacarla de sus casillas. Y es que, por mucho que recurra a su leal Aquelarre, su grupo de amigas de la infancia, e intente con empeño alejarse de él, la atracción por ese peligro hecho hombre será irresistible.
Estas Navidades no van a ser fáciles para Charlie. Es la primera vez que se enfrenta a una celebración tras salir del hospital. Su ingreso y que sea el único miembro de su familia abiertamente gay no ayudará a darle lo que más desea: tranquilidad y pasar inadvertido. Las cosas quizá no salgan como Charlie espera, pero, pase lo que pase, sabe que siempre podrá refugiarse en Nick, a su lado, en el sofá, mientras espera a que la tormenta a su alrededor se calme.
Santa Montefiore, la reina del romance épico, une de manera magistral la convulsa historia de Irlanda a lo largo de varios siglos con una trama familiar y romántica que atrapa desde las primeras páginas. Arethusa Clayton siempre fue una mujer muy especial. acostumbrada a salirse con la suya. Ahora ya no está, pero dejó instrucciones precisas de sus últimas voluntades. En vez de ser enterrada en la acomodada Costa Este de EE.UU., donde ella y su difunto marido criaron a sus hijos, Arethusa quiere que sus cenizas sean esparcidas en un lugar remoto de Irlanda, concretamente en unas colinas frente al mar y junto a un castillo. Todo cuanto Arethusa le explicó a su hija Faye es que creció en el seno de una familia humilde y que dejó Irlanda, sola, para empezar una nueva vida en EE.UU., como hicieron tantas personas en tiempos de adversidades. Pero ¿quién era su familia? ¿Dónde están ahora? ¿Y quién es el misterioso benefactor de una parte importante de su testamento? Arethusa ha muerto y no tiene familia cercana que pueda contar su historia. O al menos, no en esa parte del mundo. Por eso, Faye decide viajar al pintoresco pueblo de Ballinakelly, dispuesta a cumplir con el deseo de su madre y descubrir todos los secretos que allí se ocultan.