Un nuevo caso de la comisaria Ruiz que la enfrentará con sus miserias y sus miedos más inconscientes, y la empujará fuera de su ámbito habitual.
La comisaria María Ruiz se encuentra desterrada en una de las provincias españolas más tristes para una investigadora criminal. En Soria el último suceso irresuelto del que se tiene noticia ocurrió en 1954, cuando una mujer que presuntamente asesinó a su marido con matarratas desapareció para siempre. De estar viva, tendría 101 años. Desde que la destinaron a Soria, sacándola de la fiebre de Madrid, la comisaria Ruiz viaja todos los fines de semana a Ávila, donde acompaña en su trance entre la vida y la muerte a su compañero Tomás, que está en coma. Su viejo amigo, el comisario Carlos, finalmente ha conseguido convencerla para que un fin de semana se airee y vaya a visitarlo a Santander. Pero lo que tenían que ser un par de días de tranquilidad se convierte en el mejor incentivo para la comisaria Ruiz.
La sombra de la tierra es la historia de dos mujeres o, mejor dicho, de la escalada al poder de una de ellas y la pérdida del mismo de la otra.
Estamos en 1896, en Villaveza del Agua, un pueblo de la provincia de Zamora donde el hambre y la pobreza son las circunstancias vitales de sus habitantes, sometidos a la Garibalda, una mujer viuda y enferma que impone sus propias normas a la comunidad entera.
La dictadura de la Garibalda, el control y la explotación a los que tiene sometidos a los hombres y mujeres del pueblo y el temor reverencial que sienten hacia ella ha llevado a los habitantes de Villaveza a buscar una solución, y esta solución (o eso es lo que creen) es Atilana, una mujer tan dura como sus circunstancias que aspira a conseguir el poder que ostenta la caciquesa.
Enfrentadas desde hace muchos años, el odio las mantiene en pie. La lucha de estas dos mujeres egoístas y manipuladoras arrastrará a todo aquel que esté a su lado. Atilana y Garibalda tan absortas una en la otra, incapaces de ver más allá de su enfrentamiento, no serán conscientes de lo que se está gestando a su alrededor hasta que sea demasiado tarde.
Villa Melania es una absorbente saga familiar que evoca otra era de forma realmente bella. Algunas puertas están cerradas por alguna poderosa razón.
«Es posible que todos estemos algo resquebrajados por dentro, que nadie conserve intacta la luna del espejo en el que nos contemplábamos siendo niños.»
En Villa Melania hay una habitación llena de espejos rotos y de recuerdos trágicos. En la mansión señorial de los Lanuza Vega, con su prado de caléndulas y su anciana jacaranda, se pasean los fantasmas de varias vidas truncadas en la noche de la víspera de Reyes de 1966, cuyo eco resonará de manera ensordecedora ese mismo día en 2019. El retrato de Melania, la hermosa y dañada Melania, sigue presidiendo la casa tantos años después. Sus pasos se escuchan sobre tarimas y escaleras; buscan a esa persona capaz de oír a los objetos contar sus historias. Esas historias que ni las hermanas ni el buen cuñado de Melania quieren contar; esas historias que Camila, su sobrina nieta, descubrirá demasiado tarde; esas historias que solo Cloe, la hermana de Camila, sabrá atender y comprender.
Muerte, melancolía, enfermedad, pero también celos, envidia, dolor y miedo acechan desde esos espejos rotos en los que se refleja lo que fueron y lo que son quienes alguna vez vivieron en esa casa. Solo existe una manera de arreglar las lunas y las vidas quebradas: hablar, porque «al callar enterramos a nuestros muertos un poco más hondo».
«He conocido a otros como usted. Se implican tanto que se hacen matar. No les importa el peligro, al revés, les gusta, les motiva. Para tipos como usted tiene que haber un final, bueno o malo, pero tiene que haber un final».
Durante la Guerra Civil, Mastreta, un hombre de pasado oscuro, es reclutado a la fuerza por el servicio de inteligencia del gobierno republicano para encargarse de una delicada misión: recuperar una filmación, en manos de un traidor ruso, en la que se muestran las ejecuciones masivas de prisioneros nacionales. Su publicación podría tener desfavorables efectos publicitarios para el bando republicano.
En San Sebastián, tomada meses atrás por las tropas nacionales, y bajo una identidad ficticia, Mastreta contacta con Frederika Heinz, una joven y atractiva agente alemana a quien el gobierno de su país ha enviado al frente de una expedición para intermediar en la obtención de la filmación. Frederika es una mujer independiente y de comportamiento demasiado liberal para lo que están acostumbrados los militares españoles del bando Nacional. En la guerra de propaganda, conseguir la filmación de las ejecuciones del bando republicano y publicarla puede ser el golpe de efecto necesario para castigar a la República y tapar la mala imagen internacional que ha provocado el bombardeo de Guernica.
Lila y Miguel, una pareja de trabajadores obsesionados con el dinero y la clase social, dejan atrás su cómoda vida en la gran ciudad y terminan varados en un lugar idílico frente al mar, aunque recientemente asolado por una gran sequía. Allí esperan la llegada de Antigua Padilla, una buscadora de agua de quien se dice que tiene el poder de atraer a los jaguares.
Atrapados en un tiempo sin medida, oyen hablar acerca de curanderas con pies de elefante y fuego en la boca, peces que comen ojos, hombres de dos caras, flores del sueño y leyes impuestas por fuerzas invisibles para favorecer sus oscuros intereses. No solo serán desafiados por la naturaleza y la comunidad de nativos sino también por ellos mismos y sus limitaciones, pues en ese lugar hermoso y terrible salen a la luz los aspectos más secretos e inquietantes del ser humano.
Una historia inspirada en hechos reales sobre el choque de dos mundos, sobre domadores domados y la mirada miope de los citadinos que pretenden habitar un entorno salvaje.
El aniversario de los jardines de Heligan está cada vez más cerca y Lexi, junto con Ben, trabaja sin descanso en una gran exposición para celebrar el acontecimiento. La muestra constará de tres partes: la primera, dedicada al origen de los jardines y a la vida de su fundador Henry Tremayne ya está lista, pero la segunda parte, centrada en los cazadores de plantas exóticas que en el siglo XVIII aportaron numerosos ejemplares procedentes de lugares tan lejanos como la India y Nepal, y la tercera, destinada a los años de la Primera Guerra Mundial y a los jardineros que participaron en la contienda, están todavía sin desarrollar. En los archivos centrales de Cornualles Lexi descubre información valiosa sobre la procedencia de las plantas exóticas que se encuentran en Heligan y la misteriosa historia de un joven que se vio obligado a abandonar Heligan precipitadamente en 1815. Se trata de Avery, el hijo del administrador de la propiedad, que huye a la India después de un trágico duelo y allí se une a una expedición botánica en Nepal, una aventura en la que encontrará el amor y pondrá su vida en peligro.