La familia no es un buen lugar para guardar un secreto.
Una carretera junto a la frontera de Portugal, junio de 1977. Juan y Rosa, apenas adolescentes, acuden nerviosos a una clínica abortista clandestina, pero un accidente les impedirá llegar a su cita. Casi veinte años después, Rosa y su hijo Iván comienzan el que será el proyecto de su vida, la recuperación de un camping en la Costa Dorada, en el otro extremo de la península. Desde que Iván nació han vivido en diferentes lugares, siempre de forma provisional, siempre solos, huyendo de un pasado que no tardará en alcanzarlos.
Fin de temporada es una novela sobre la fuerza, a veces envenenada, de los lazos de sangre; sobre los secretos familiares que hacen que cada generación se vea abocada a repetir ciertos errores, y sobre el poder transformador de la verdad.
Experto investigador de las estructuras familiares, Ignacio Martínez de Pisón traza personajes memorables y una relación entre madre e hijo extraordinaria en esta conmovedora historia que recorre casi un cuarto de siglo y nos descubre que el pasado no resuelto es una trampa vital aunque intentemos ignorarlo, o precisamente por ello.
Mientras su madre muere de cáncer en una ciudad del norte, la narradora hace el amor con una mujer en un hotel de Barcelona. Tiene un vuelo para visitar a su madre la mañana siguiente, pero ya llegará tarde. Poco después, su amante desaparece de forma brusca y definitiva. Cuando su pareja vuelve de Londres para instalarse con ella en un pequeño apartamento junto al mar, esta intenta ser la calma que sostenga la angustia de un cuerpo que llora a una madre y anhela a una amante.
«Amar es amar siempre después de mi madre. No puedo hablar con mamá, tampoco con Ella. Mi vida se ha suspendido con la interrupción de esas dos conversaciones». La autora retoma ese diálogo en este libro para indagar en las aristas del abandono y el anhelo y tratar de entender a una madre que marcó la vida y las maneras de su hija con su arrolladora forma de amar.
El debut narrativo de la premiada poeta Sara Torres conjuga lirismo y honestidad para navegar el duelo, el amor y el deseo, su búsqueda y su pérdida. El resultado de la travesía es un mapa de las grietas que nos hacen humanos; una invitación a acariciar sin miedo los surcos que nos conforman.
Un mundo en el que los esclavos son los amos y los amos los esclavos.
De la ganadora del Booker por Niña, mujer, otras, una brillante sátira sobre la esclavitud.
Bienvenidos a un mundo al reves. Un buen día, Doris está jugando al escondite con sus hermanas en el prado de detrás de su casa, en Inglaterra. De repente, alguien se abalanza sobre ella, le pone un saco en la cabeza, y Doris termina en la bodega de un barco de esclavos que navega hacia el Nuevo Mundo.
En esta fantástica e imaginativa vuelta de tuerca a la trata transatlántica de esclavos -en la que los blancos son esclavizados por los negros-, Bernardine Evaristo nos invita a reflexionar con una sátira tan asequible y fácil de leer como inteligente y perspicaz. Raíces rubias nos acerca hasta la incomodidad a los grilletes, los lamentos y demás barbaries del esclavismo, planteando preguntas muy oportunas sobre la sociedad de hoy.
El joven Hiram Walker ha crecido en una plantación de esclavos. Cuando su madre fue vendida, le robaron todos sus recuerdos de ella, pero a cambio recibió un don misterioso. Años más tarde, cuando Hiram casi se ahoga en el río, ese mismo poder le salvará la vida. Esta experiencia con la muerte genera en él una necesidad: la de escapar del único hogar que ha conocido. Así comienza un viaje inesperado que le llevará desde la grandeza corrupta de las orgullosas plantaciones de Virginia a las desesperadas células guerrilleras en el desierto, desde el sur profundo hasta los movimientos que luchan por la libertad de los negros en el norte. Incluso mientras se alista en la guerra clandestina entre esclavistas y esclavizados, la determinación de Hiram de rescatar a la familia que dejó atrás perdura.
Esta es la dramática historia de una atrocidad infligida a generaciones de mujeres, hombres y niños —la separación violenta y caprichosa de familias— y la guerra que libraron para simplemente ganarse la vida con las personas que amaban. Escrita por uno de los escritores afroamericanos más relevantes de la actualidad, es una obra que cobra aún más fuerza en los tiempos actuales y que busca devolver la humanidad a aquellos a quienes les fue robada.
Cuando Jack Flowers, Alias Jack Fiori, se dejó caer por Singapur, no tardó en aprenderlo todo acerca de puertos y gentes que viven en los confines del mundo, como en aquella península al sur de Indochina y en aquellos buenos tiempos en que sus burdeles, casas de masaje y espectáculos eran el centro de diversión de toda Asia. A veces marinero, otras abastecedor de barcos, otras simplemente golfo y otras aún alcahuete, honesto y generoso, Jack podía ofrecer cualquier cosa a los turistas y jactarse de no defraudarlos jamás. Había sido el más joven bebedor del Bandung Club, pero ahora, ya cincuentón, es toda una institución en la ciudad. Mientras otros náufragos de la vida como él empiezan a temer una muerte sórdida en aquella tórrida isla tropical, Jack sigue esperando la realización del perfecto sueño mágico y, para ello, convierte la fantasía en realidad cotidiana, lejos de aquel puerto roñoso, lleno de cucarachas y tan cercano a esa guerra infame que lo corroe todo.
«Isaak Bábel escribe estos relatos a lo largo de su carrera literaria, entre los años 1915 y 1930 –dice Ricardo San Vicente en la “Nota sobre la obra” incluida en este volumen–, intercalando estas pequeñas piezas escritas en primera persona con el resto de su obra. El volumen reúne, además de dos textos propiamente autobiográficos, el ciclo que Isaak Bábel quiso publicar bajo el título de Historia de mi palomar, un conjunto de relatos con los que el autor se propone recrear su tiempo y esbozar el naciente mundo soviético, ruso y judío que le tocó vivir. […] Los textos aparecieron en diversas revistas, y se sabe que el autor quería entregar el libro acabado en 1939. Pero los servicios del NKVD arrestaron a Isaak Bábel el 15 de mayo de aquel año y requisaron todos sus manuscritos. Con la desaparición de los textos y el asesinato del autor, la cuestión de si se trata de una obra acabada o no sigue y seguirá siendo una incógnita. […] Lo que vemos hoy es un último borrador, un ejemplo del juego narrativo y verbal que el autor nos quería ofrecer.»