Rosa Pich es madre de 18 y, por tanto, cuenta con una amplia experiencia como cabeza de familia numerosa. Haciendo gala de valores universales como la entrega a los demás, la generosidad, el amor y el respeto al prójimo, nos presenta una visión optimista de la vida ante el reto que supone el día a día de una familia tan peculiar.
Pues de eso va esta historia: de mudanzas que te salvan, de amigos que te sostienen cuando todo se va al garete, de despedidas no deseadas, de perretes que llegan para cambiarlo todo... Y, por supuesto, de amores inesperados. De días en los que la vida te grita: «¡guapa, reina, artista!» y te sientes como la Jurado, la Pantoja o la Rosalía. Pero también de esos otros días, en los que no te entiendes ni a ti misma. Qué le vamos a hacer si la vida nos provoca...
Y es que el aprendizaje de una es el aprendizaje de todas y como vivir es compartir, en este libro te cuento mis alegrías y penas de ayer, hoy y siempre.
En el poemario Ladran los huesos de Virgilio López Azuán hasta los huesos ladran, los sapos se asustan de los búhos, las escopetas disparan plumas y un verso puede tapar el sol. Se trata de una poesía que lo arrastra todo, los mundos humanos y los que se perciben más allá de la exposición de la imagen, de esa imagen creadora. Una realidad a veces popular y a veces estilizada.
En Lágrimas de guerra, Stanislaw reafirma su estilo literario verdaderamente vanguardista, peculiarísmo, conciso, deslumbrante, y sobre todo: acrobático. Realmente Stanislaw es un acróbata de la palabra dentro de contexto literario. Juega con las palabras artificiosamente, sin temor a dejarla caer. Nos encontramos ante una especie de Fidias de la literatura. La narrativa de Stanislaw está enmarcada a lo que es una nuava técnica de escribir cuentos. Con la temática de esta obra, muy poco cultivada en la cuentística dominicana, Stanislaw presenta 9 historias verdaderamente conmovedoras, narradas en exquisitas maestría, y cuyos conflictos abiertos, pueden dejar en trance catártico a cualquier amante del género. Del Golfo Pérsico a troya, en cronológica retrospectiva, lágrimas de guerra es un testimonio épico que describe con psicológica sutileza las experiencias del soldado que regresa del campo de batalla trastornado por los efectos traumáticos de la guerra.
La historia comienza en Inglaterra, en 1869, cuando el pequeño Harry queda impresionado por los relatos de guerra de su padre, un veterano general de Crimea, y sus viejos compañeros de armas. Años después, Harry Feversham es uno de los soldado británicos de más impecable reputación, pero, tras haber renunciado a unirse a su regimiento para una arriesgada campaña en Sudán a causa de su inminente boda con la bella Ethne, recibe una inequívoca acusación de cobardía: tres plumas blancas enviadas por sus amigos. Su amada arranca del abanico la cuarta y última pluma y rechaza contraer matrimonio con un cobarde. Consternado, decide entonces embarcarse en solitario en auxilio de sus compañeros. Y no le faltará ocasión para demostrar su valentía, ya que su batallón ha sido víctima de un devastador ataque de los rebeldes sudaneses. La vida de Feversham estará, desde ese momento, en riesgo constante, pero el sentido de la amistad y el honor moverán los hilos de su destino.