Los personajes que habitan esta novela son lectores o están en camino de serlo.
Lectores como yo, tú, ella, ellos. Como nosotros. Cómplices en la mayor y más grande de todas las aventuras.
Julián ha luchado contra el aburrimiento de todas las maneras posibles. Desde que le diagnosticaron hepatitis, ha recreado en su cabeza conversaciones imaginarias entre ostras que no tienen nada que hacer, ha buscado formas fantasiosas en las manchas de la pared, ha lanzado mocos al aire.
Pero es feliz porque no tiene que ir a la escuela. Y por nada del mundo se acercará a los libros: no leerá, no escribirá reportes, no pensará en la tarea. ¡Por supuesto que no!
Por su parte, Isa no se detendrá hasta encontrar a las heroínas de la literatura que le ayuden a demostrar que para celebrar sus quince años no es necesario que haga dieta y se ponga un vestido que jamás volverá a usar.
Pero en estas páginas también aparecen ágiles espadachines, monjes detectives, replicantes muy humanos y niños perdidos en islas desiertas que saben bien que leer es un modo de resistir.
El dinero es uno de los temas más fascinantes, atractivos, polémicos y mejor investigados del mundo. Se han escrito cientos de libros sobre qué es, cómo ganarlo, cómo gastarlo, quién lo tiene y por qué. Sin embargo, a pesar del enfoque y el interés constantes en la materia, hay una palabra que describe la opinión de la persona promedio sobre el dinero: confusión.
En este libro, BrianTracy, autor best seller de The New York Times, enseña las leyes del dinero y cómo obtenerlo desde la perspectiva del método científico. Estas leyes han sido probadas una y otra vez no sólo por algunos años, sino durante siglos por miles de personas y siempre han dado el mismo resultado: prosperidad.
Si simplemente estudias las ideas de este libro y las aplicas a tu vida y a tus negocios, en poco tiempo podrás ver los efectos del éxito financiero.
Una de las habilidades más necesarias que todos debieran desarrollar es la de influir en los demás. Sin ella, las relaciones humanas son ineficaces en el mejor de los casos y desastrosas en el peor. Ya sea que trates de cerrar un negocio, una venta millonaria o simplemente intentes alentar a tus hijos o a un amigo a ser mejores, lo cierto es que si careces de la capacidad de influir no podrás convencer a nadie, ni siquiera a ti mismo.
La mente es similar a una cerradura de alta seguridad. Si te comunicas mal (con charlas interminables, presiones o falta de empatía), te será imposible abrirla. En cambio, si aprendes a transmitir tus ideas de la manera adecuada, la cerradura se abrirá y descubrirá ante ti el tesoro de la conciencia a la que podrás ayudar y motivar para lograr tus mayores sueños.