Un fenómeno internacional de la autoayuda, en No me maltrates el autor nos muestra cómo podemos detener y poner límites al maltrato verbal. «En todos los ámbitos en los que nos desarrollamos, el maltrato está creciendo, la forma de tratarnos y de relacionarnos unos con otros es cada vez más agresiva e impulsiva. Por eso, todos necesitamos aprender a expresar de una manera positiva la frustración, el enojo, la ira, la impulsividad que por diversos motivos aún no han sido sanados en nuestro interior. Si bien el maltrato que una persona produce o recibe no se resuelve con solo leer un libro sino buscando ayuda profesional, hay herramientas que pueden ser útiles para encarar el tema. Las técnicas que describo en este libro son técnicas asertivas conocidas en todo el mundo, puestas en práctica porque funcionan. Nos sanamos hablando y cuando en nuestro interior hay un verdadero deseo de relacionarnos mejor con nuestros seres queridos, nuestro entorno y nosotros mismos. Una persona que muestra empatía por los demás y sabe relacionarse con el mundo está más cerca de hacer realidad cada uno de los sueños que se ha propuesto alcanzar. Espero que tú seas una de ellas.»Bernardo Stamateas
Charlie Reade parece un estudiante de instituto normal y corriente, pero carga con un gran peso sobre los hombros. Cuando él solo tenía diez años, su madre fue víctima de un atropello y la pena empujó a su padre a la bebida. Aunque era demasiado joven, Charlie tuvo que aprender a cuidarse solo... y también a ocuparse de su padre.
Ahora, con diecisiete años, Charlie encuentra dos amigos inesperados: una perra llamada Radar y Howard Bowditch, su anciano dueño. El señor Bowditch es un ermitaño que vive en una colina enorme, en una casa enorme que tiene un cobertizo cerrado a cal y canto en el patio trasero. A veces, sonidos extraños emergen de él.
Mientras Charlie se encarga de hacer recados para el señor Bowditch, Radar y él se hacen inseparables. Cuando el anciano fallece, le deja al chico una cinta de casete que contiene una historia increíble y el gran secreto que Bowditch ha guardado durante toda su vida: dentro de su cobertizo existe un portal que conduce a otro mundo.
Dios ha vuelto a la tierra montado en una Harley Davidson para escuchar las inquietudes y ofrecer una serie de reglas para cambiar la vida de Christine.
Con treinta y siete años y una figura que no se ajusta a los cánones de belleza, Christine tiene pocas esperanzas de encontrar al hombre con quien compartir su futuro.
Lo que no sabe es que Dios ha vuelto a la tierra para entregarle unas simples reglas de vida acordes con nuestro tiempo, que harán de ella una mujer distinta y libre.
Aunque vista de chupa de cuero y cabalgue una Harley Davidson, en sus ojos se halla la sabiduría y en sus palabras sencillas descubrimos lo que siempre habíamos sospechado: el camino hacia la felicidad empieza y acaba en nosotros mismos.
En los otros dos libros de este volumen, Joan Brady nos cuenta otras entrañables historias que nos vuelven a mostrar el verdadero secreto de la felicidad: que, en realidad, está en nuestra mano alcanzarla.