En un Londres devastado por las bombas y que empieza a recuperarse de las terribles heridas de la Segunda Guerra Mundial, Juliet Ashton, una joven escritora en busca de inspiración novelesca, recibe la carta de un desconocido llamado Dawsey Adams. El hombre, que vive en la isla de Guernsey, un pequeño enclave en el canal de la Mancha, está leyendo un libro de Charles Lamb que había pertenecido con anterioridad a Juliet. ¿Cómo ha llegado ese ejemplar hasta Guernsey? ¿Por qué Dawsey decide ponerse en contacto con Juliet?
Dawsey es miembro del club de lectura La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey, creado en circunstancias difíciles durante la contienda, una rareza en tiempos de ocupación alemana. Cuando Juliet acepta la invitación de estos excéntricos lectores para visitar Guernsey, entiende que ellos y su increíble sociedad literaria serán los personajes de su nueva novela, y su vida dará un vuelco para siempre.
París, 1939. La joven Odile Souchet lo tiene todo: un atractivo novio oficial de policía y un trabajo de ensueño en la Biblioteca Americana de París. Pero cuando estalla la guerra y los nazis marchan sobre París, Odile se expone a perder todo lo que le importa, incluida su querida biblioteca. Sabe que en los momentos difíciles los templos de la cultura peligran porque los libros contienen palabras e ideas prohibidas que deben destruirse. Odile no puede permitir que eso suceda: debe salvar esas páginas, de modo que puedan nutrir la mente de quien llegue después. Junto con sus compañeros, se une a la Resistencia y pone el centro a disposición de los judíos: expulsados de sus casas, tras los libros se sienten seguros, y Odile los defenderá cueste lo que cueste.
Morgan lo tiene todo planeado: dos trabajos, una nueva casa a las afueras de Baltimore y la promesa de disfrutar de la vida tranquila que siempre ha deseado. Sin embargo, la irrupción del seductor Luke en su vida desata el caos.
Una fatídica noche, su compañera de piso es asesinada, a Morgan le roban todas sus pertenencias y el FBI llega a su puerta para desvelar la verdadera identidad de su nuevo pretendiente. Luke es un estafador llamado Gavin que se aprovecha de mujeres para robarles, arrebatarles la identidad y finalmente, matarlas.
La historia de Christiana Morgan, fascinante, la encontré por causalidad en los archivos de la Universidad de Harvard. Es una mujer que mantuvo una relación como amante de uno de los principales profesores de Psicología de Harvard, Henry Murray. Entre los dos siguen un extraño experimento vital que denominan la díada y que intentan llevar a sus últimas consecuencias desafiando todas las convenciones de la época. Y juntos, a la sombra del psicoanálisis de Carl Gustav Jung, que fue maestro y analista de ambos, y de las visiones que ella tenía, intentan mantener esa especie de experimento vital en busca de conciliar la libertad absoluta con el amor absoluto.
Agatha Raisin se lía la manta a la cabeza y decide marcharse de Londres para saborear las mieles de una jubilación anticipada en un tranquilo pueblo de los Cotswolds, donde no tarda en aburrirse como una ostra. Desplegar su talento para la alta cocina en el concurso gastronómico de la parroquia tendría que convertirla, por fuerza, en una celebridad. Sin embargo, al primer bocado de su exquisita quiche, el juez del concurso cae desplomado y Agatha se ve obligada a confesar la amarga verdad: la quiche letal era comprada. No hay más que una solución para que la perdonen: meterse en harina y desenmascarar ella misma al asesino.
La Ribera es un complejo vacacional de lujo recién abierto en Lago Espejado, situado en el límite entre Gales e Inglaterra, que indigna a los vecinos de Cwm Coed, la pequeña localidad galesa de la orilla oriental, pues no ven con buenos ojos una iniciativa pensada para turistas ingleses ricos. Cuando el cadáver de Rhys Lloyd, el promotor de la urbanización, aparece en el lago la mañana de Año Nuevo, la investigación, que recae en la agente Ffion Morgan, de la policía galesa, y en Leo Brady, detective inglés, promete ser una tarea complicada, no solo porque Ffion y Leo pertenecen a cuerpos policiales distintos, sino porque la autopsia revela que la víctima pudo haber sido envenenada. A medida que la investigación avanza se descubren más y más secretos y mentiras, y la lista de sospechosos crece. Por lo visto, Rhys Lloyd no era un buen hombre y muchas personas tenían un motivo para desear su muerte.