Después de pasar cinco años en la cárcel por el trágico error que costó la vida de su gran amor Scott, Kenna Rowan regresa a casa con un único deseo: abrazar a su hija Diem, de cuatro años, que vive con los padres de Scott y a la que no ha visto desde que nació.
La única persona que no le ha cerrado la puerta por completo es Ledger Ward, dueño del bar local y uno de los pocos vínculos que le quedan con Diem. Pero ella sabe que si alguien descubre que Ledger se está convirtiendo lentamente en una parte importante de su vida, crece el riesgo de no recuperar a su hija. Kenna deberá encontrar una manera de reparar los errores de su pasado si quiere construir un nuevo futuro con Ledger.
Frank y Grace forman el matrimonio perfecto. Pero cuando emprenden junto a sus dos hijos un viaje en autocaravana a través de los Estados Unidos, no pueden imaginar que se dirigen a un encuentro inesperado, capaz de destruir a la familia y poner sus vidas en peligro mortal.
Traducido en Alemania, Italia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, y con más de 150.000 ejemplares vendidos, Paul Pen regresa con una sorprendente novela que se lee sin freno. Un vertiginoso descenso al lado oscuro de lo cotidiano, a los terribles secretos que todos escondemos tras nuestras fachadas de aparente perfección.
Leo, un niño de ocho años introvertido y solitario, recibe una carta que le avisa de la fecha de su muerte. Será sólo el primero de una serie de mensajes que intentarán advertirle de un fatal destino. Cuando sus padres busquen respuestas, se enfrentarán a un terrible descubrimiento: ¿es el propio Leo el autor de esos mensajes?
Aarón decide poner fin a su relación con Andrea tras diez años de noviazgo. Esa noche, pide a su amigo David que vaya a la tienda del americano a realizar una entrega que tenía apalabrada. Allí, tras el cartel de neón en el que brilla la palabra Open, David recibe un disparo. Atormentado por la culpa, Aarón buscará una explicación para el trágico cruce de destinos.
Tres muchachas comparten piso en Londres. La primera es una fría y eficiente secretaria; la segunda, una talentosa artista; y la tercera sale en busca de Hércules Poirot, interrumpiéndole durante su desayuno de brioche y chocolate caliente, para confesarle que es la asesina de sus otras dos compañeras. Después desaparece misteriosamente.
En medio de rumores sobre armas de fuego, cuchillos automáticos y rastros de sangre, Poirot deberá emplear al máximo sus células grises para establecer, sin evidencia alguna, si la tercera muchacha es efectivamente culpable.
En el tranquilo pueblo de Wychwood, un asesino está a punto de atacar. O, al menos, eso es lo que la señorita Pinkerton le asegura a Luke Fitzwilliam cuando coinciden en un viaje en tren. Y no solo eso, también le anuncia quién será la próxima víctima: el doctor Humbleby. Pese a lo convencida que se muestra la anciana, Luke no decide tomarse en serio sus advertencias, hasta que al día siguiente lee en el periódico que el doctor ha fallecido y que la señorita Pinkerton ha sido víctima de un atropello. Es entonces cuando Luke decide visitar Wychwood haciéndose pasar por escritor en busca de información para su próximo libro.
Lucy Hutton y Joshua Templeman se odian. No es que se caigan mal, que no se entiendan o que no tengan feeling, no… simple y llanamente se ODIAN. Sí, en MAYÚSCULAS.
Ambos comparten oficina en el gigante editorial Bexley & Gamin, y mientras Lucy es encantadora y servicial, viste de colores alegres y lleva los labios de un rojo chillón, Joshua es frío, eficiente y calculador, y viste una camisa concreta para cada día de la semana. Agua y aceite, vamos.
Cuando surge la gran oportunidad de promoción laboral para ambos, lo de Lucy y Joshua se convierte en una lucha sin cuartel. ¿Quién conseguirá el codiciado ascenso, convirtiéndose así en el jefe —y tortura segura— del otro?
Y mientras ellos afilan sus cuchillos, un pequeño incidente en el reducido espacio de un ascensor lo pondrá todo patas arriba...