Dos chicas. Sus vidas cruzadas en una amistad improbable. Una lucha por sobrevivir a la guerra más devastadora.
Dos chicas de orígenes completamente diferentes se hacen inseparables durante la Segunda Guerra Mundial trabajando para las Fuerzas Aéreas Británicas. Pero en una misión de vital importancia, el avión se estrella, una de ellas es capturada por la Gestapo. Sometida a un durísimo y cruel interrogatorio, la Gestapo le concederá solo dos semanas para contar todo lo que sabe sobre el servicio de inteligencia británico. Así irá escribiendo una complicada confesión para los alemanes y así conoceremos su historia. Ha hecho un pacto: mientras dure su confesión, no será ejecutada...
Los testamentos traicionados es un ensayo escrito como una novela: a lo largo de sus nueve partes, unos mismos personajes (Kafka y Max Brod, Stravinski y Ernest Ansermet, Hemingway, Janácek y Rabelais, entre otros) pasan, coinciden y se cruzan armónicamente, como en una composición musical. Y es así porque en esta obra Kundera analiza el arte de la novela ―la verdadera protagonista―, sus orígenes, su sorprendente parentesco con la música, y su historia, en particular durante el siglo XX.
El mayor regalo que le hacemos a un hijo es, sin duda, entregarle su propia vida. A lo largo de ella, disfrutará de muchos momentos de crecimiento, expansión y felicidad, pero también sufrirá otros de pérdida, recogimiento y dolor. En el relato que abre este libro, unos padres deciden regalarle a su hijo, al cumplir los dieciocho años, una llave de tres
dientes para ayudarle a abrir las distintas puertas que se irán mostrando ante sí. A partir del relato, Joan Garriga toma posición y habla desde su amplia experiencia como terapeuta en un texto que nos ilumina en el intento de vivir plenamente en un mundo cada vez más complejo.
Hay dos cosas que son inalterables: su pasado y mis reglas.
1. El tiempo máximo del que dispongo para hacer feliz a una persona son ocho semanas.
2. Si no lo consigo y considero que podría llegar a hacerlo, tengo un tiempo extra de ocho días.
3. Transcurrido el tiempo desaparezco por completo de la vida del paciente, su felicidad en ningún momento puede depender de mí.
Mía tiene un trabajo inusual: se dedica a hacer felices a las personas sin que ellas sepan que lo hace por trabajo. Precisamente por eso la contratan los padres de Max, un chico que ha intentado suicidarse. Cuando los caminos de ambos se crucen, saltarán chispas: el no quiere verla ni en pintura, ella tiene que hacer todo lo posible por devolverle la felicidad.
Para Dácil, querer a Thiago fue el mayor error que se le ocurrió cometer.
Para Thiago, querer a Dácil fue la peor idea que le pasó por la cabeza.
Las vidas de ambos han cambiado cuando se reencuentran en un crucero. Dácil no esperaba encontrarse con el chico al que lleva intentando olvidar un año entero. Thiago no sospechaba que volvería a ver los ojos de la chica que le tocó el corazón. En teoría deberían estar acostumbrados al otro, pero hay demasiados asuntos pendientes entre los dos y ninguno ha enterrado el hacha de guerra. Hasta que llega el nuevo acuerdo. Pero jugar con fuego siempre es peligroso...
Ella solo quiere poner a Thiago en su lugar.
Él solo quiere recuperar a Dácil.
¿CUÁNTOS JUEGOS MÁS LOS ESPERAN?
¿Quién es Julian Bale, el hombre que vive en el ático del 13 de la calle Cortázar, y por qué nunca se deja ver? Esa es la pregunta que atormenta a los chismosos de su comunidad de vecinos. Incluida a Matty, que, aunque no vive en el edificio, conoce la expectación que provoca el ermitaño y siempre lanza una mirada curiosa a su balcón.
Un anuncio en el tablón de entrada, en el que Julian se manifiesta por primera vez, se presentará como la oportunidad perfecta para resolver el misterio que gira en torno a su legendaria figura. Solo Matty se atreverá a adentrarse en la guarida del lobo, y lo que encontrará no será exactamente lo que imaginaba... como tampoco lo que esperaba él.
Porque ¿quién dijo que sería necesario salir de casa para encontrar el amor?