La productora de televisión Laurie Moran y su prometido, Alex Buckley, antiguo presentador de su programa de televisión de investigación, están a pocos días de su boda a mediados de verano cuando las cosas toman un oscuro giro. Johnny, el sobrino de siete años de Alex, desaparece en la playa, lo que desencadena un dispositivo de búsqueda.
Los testigos recuerdan a Johnny jugando en el agua y recogiendo conchas detrás de la cabaña de la playa, pero nadie recuerda haberlo visto por la tarde. Al ponerse el sol, la tabla de skimboard de Johnny llega a la orilla y todos se dan cuenta de que podría estar en cualquier parte, incluso bajo el agua.
Inglaterra, siglo XI. A sus nueve años, tras la muerte de su madre y la pérdida de su hogar, Rob J. Cole se da cuenta de que tiene un don extraordinario: con solo tocar a una persona puede descubrir si está o no cerca de la muerte. Bajo la tutela de Henry Croft, cirujano barbero que recorre el país ejerciendo de curandero, su don crece, así como su pasión por la medicina.
Tras la muerte de su maestro, Rob continua con el negocio, pero el encuentro con Benjamin Merlin, un médico judío que le habla del más eminente doctor de la remota Persia, Ibn Sina o Avicena, le impulsa a hacer realidad su sueño. Movido por su pasión por sanar y dispuesto a superar cualquier obstáculo, Rob viajará a Oriente, haciéndose pasar por judío y sumergiéndose en nuevos idiomas, dispuesto a estudiar medicina en la madraza de Ispahán. Allí marcará su destino y el de su familia para siempre.
Norteamérica, siglo XIX. Vástago de una familia que ha practicado la medicina a lo largo de los años, el doctor Robert Judson Cole abandona su Escocia natal buscando un mejor futuro. Tras trabajar con el eminente cirujano Oliver Wendell Holmes, continuará rumbo al Oeste americano junto a su hijo, Robert Jefferson Cole, con el que comparte la pasión por el arte de sanar.
Padre e hijo partirán hasta la frontera de Illinois y de allí a las tierras de Gettysburg, castigadas por la guerra, un territorio que los colonos todavía no han podido arrebatar a los indios sauk. Dispuestos a estudiar las desconcertantes tradiciones curativas de los nativos americanos, aprendiendo de su cultura y sus remedios, padre e hijo parecen haber logrado asentarse. Sin embargo, no han contado con el vórtice sangriento de la Guerra de Secesión, de la que nadie puede escapar...
La vida no es fácil en un college de Nueva Inglaterra si eres un chico modesto y falto de afecto que llega de California, y Richard Papen lo sabe; por eso agradece que lo admitan en un pequeño grupo de cinco estudiantes capitaneados por un profesor de literatura clásica con mucho carisma y pocos escrúpulos.
Los chicos sueltan comentarios en griego y se ríen de la ingenuidad y la torpeza de los demás, pero bien mirado se pasan el día bebiendo y engullendo pastillas. Hasta que un mal día lo que parecían chiquilladas adquieren una gravedad inesperada. Es entonces cuando Richard y su pandilla descubren qué difícil es vivir sin máscaras y qué fácil es matar sin remordimientos.
He aquí la historia dramática de la cultura.
La pesadilla que vive la ciudad no es una ficción. Sí, es verdad. Están quemando las bibliotecas de los ateneos, del centro de estudios Germinal, del señor Casares... El humo no levanta el vuelo. Es pegajoso. Huele a carne humana.
En esta novela, las vidas de los libros, las personas y el lenguaje se cruzan y entrelazan en un intenso relato de suspense que transcurre desde el siglo XIX hasta nuestros días, entre la atrocidad autoritaria y la indomable libertad.
Los libros arden mal es un universo poblado de voces
insólitas, de memorias que retumban o murmuran de forma
inolvidable, verdadera literatura donde todo está en vilo.
Roma, año 77 a.C. El cruel senador Dolabela va a ser juzgado por corrupción, pero ha contratado a los mejores abogados, ha comprado al jurado y, además, es conocido por usar la violencia contra todos los que se enfrentan a él. Nadie se atreve a ser el fiscal, hasta que de pronto, contra todo pronóstico, un joven patricio de tan solo veintitrés años acepta llevar la acusación, defender al pueblo de Roma y desafiar el poder de las élites. El nombre del desconocido abogado es Cayo Julio César.
Combinando con maestría un exhaustivo rigor histórico y una capacidad narrativa extraordinaria, Santiago Posteguillo logra sumergir al lector en el fragor de las batallas, hacerle caminar por las calles más peligrosas mientras los sicarios de los senadores acechan en cualquier esquina, vivir la gran historia de amor de Julio César con Cornelia, su primera esposa, y comprender, en definitiva, cómo fueron los orígenes del hombre tras el mito.