La madre de Jaromil es una mujer posesiva que mima a su hijo en exceso y que desprecia a su marido, un discreto ingeniero en cuyo interior se esconde un verdadero héroe. Alentado por la madre, que le ríe todas las gracias, Jaromil entra en la adolescencia creyéndose un poeta. Mientras su madre tiene con el profesor de dibujo de Jaromil una aventura que la llenará de remordimientos, su hijo conoce las dificultades de trabar amistad con sus compañeros de colegio y trata de ocultar en sus poemas sus primeras experiencias eróticas. Poco después creará en su imaginación a un personaje llamado Xavier, que vive lo que a él se le niega. Cuando acceda a la universidad y en 1948 se implante en el país el comunismo con toda su dureza, Jaromil, convertido en un poeta del régimen, todavía ignorará que su vida no es sino una eterna huida y, lo que es peor, que toda decisión acarrea consecuencias mucho más graves de lo que uno imagina.
Los testamentos traicionados es un ensayo escrito como una novela: a lo largo de sus nueve partes, unos mismos personajes (Kafka y Max Brod, Stravinski y Ernest Ansermet, Hemingway, Janácek y Rabelais, entre otros) pasan, coinciden y se cruzan armónicamente, como en una composición musical. Y es así porque en esta obra Kundera analiza el arte de la novela ―la verdadera protagonista―, sus orígenes, su sorprendente parentesco con la música, y su historia, en particular durante el siglo XX.
Después de un primer curso interminable en la universidad, Cole y Tessa están más que preparados para las vacaciones de verano, dejar atrás todo el drama y pasar unos meses completamente apartados de fraternidades y borracheras universitarias. Pero, como siempre, la vida tiene un modo especial de entrometerse. En medio de una mezcla explosiva de dramas familiares, tensiones entre amigos y una nueva chica recién llegada a la ciudad, Cole toma una decisión que le puede cambiar la vida.
Parece que Tessa va a necesitar una caja gigante de Kit Kats y muchos litros de helado de fresa para sobrevivir al verano.
Tessa O'Connell puede con todo y todavía con más. Por eso, al terminar la uni, se propone no dejar escapar ninguna oportunidad, aunque ello signifique mudarse sola a Nueva York mientras Cole termina su carrera de Derecho. Al fin y al cabo, después de todo lo que han pasado juntos, podrán sobrevivir a una relación a distancia... ¿verdad?
Junto a sus nuevos amigos y hermanastros, a la épica abu Stone y a otros extras que reaparecen por todo lo alto, Cole y Tessa tendrán que enfrentarse a la vida real como pareja y superar todos los obstáculos para construir su forever and ever.
Finalmente, Tessa O'Connell está lista para vivir según sus propias reglas. Ha dejado atrás los días en los que la inseguridad la perseguía y buscaba desesperadamente la aprobación de los demás, y ha regresado de Londres más valiente, más fuerte y más independiente que nunca. Ha vuelto y sabe lo que quiere. Está lista para demostrarle a Cole que ella es más fuerte de lo que ambos imaginaron.
En la cárcel de Santiago de Compostela, en el verano de 1936, un pintor dibuja el Pórtico de la Gloria con un lápiz de carpintero. Los rostros de los profetas y de los ancianos de la Orquesta del Apocalipsis son los de sus compañeros republicanos de presidio. Un guardián, su futuro asesino, lo observa fascinado... La historia de ese lápiz, conductor de memorias, portador de almas, continuará hasta nuestros días.
Después de La lengua de las mariposas, Manuel Rivas retoma el hilo de la tragedia española, la guerra que estremeció al mundo y marcó la historia del siglo XX. Pero El lápiz del carpintero no es una historia más sobre la guerra. Trata de la vida de los hombres y las mujeres en el lado más salvaje de la historia. Trata de la fuerza del amor ocupando el hueco abismal de la desesperanza.